Las cifras de recogida selectiva de residuos de 2018 constatan que la ciudadanía separa más en casa. Así lo confirma el incremento de un 4% en las cifras del pasado año. En 2017 la recogida selectiva se situó en el 33,7 por ciento y en 2018 ha alcanzado el 37,3%. Además, la generación de residuos vuelve a aumentar, un 6’8 por ciento, cuando hasta ahora los incrementos anuales rondaban el 1,5 por ciento y excepcionalmente alcanzaban el 3%.
Las campañas de información, la labor de los inspectores y sobre todo la implantación de la carga lateral han contribuido a la mejora de los resultados, que revelan que la ciudadanía vuelve a recuperar la conciencia de la importancia de separar los residuos en casa y depositarlos en el contenedor adecuado.
Por fracciones, el cartón y el papel registran el incremento más importante durante 2018. Un 39% ha aumentado la separación del papel, un 19% la de voluminosos, un 15% el vidrio y tanto los envases como la materia orgánica han aumentado un 11%.
La fracción orgánica merece comentario aparte. Los restos de alimentos o vegetales aumentaron el año pasado un 10%, rozando las 10 mil toneladas recogidas en 12 meses. La orgánica representa el 45%
del total de los residuos municipales, de manera que si el porcentaje de su separación en casa aumenta, la ciudad estaría mucho más cerca de alcanzar el 60% de la recogida selectiva, el objetivo fijado por la unión europea para el horizonte 2020.
Por lo que respecta a la fracción resto -los residuos no reciclables- sigue creciendo y ya alcanza los 51.284,46 toneladas. Junto a las 30.619,64 toneladas que suman el resto de fracciones, dan un volumen global de residuos en la ciudad de 81.904,10 toneladas en 2018.
Los residuos del contenedor verde, los que no separamos, han aumentado un 0,97 por ciento el pasado año. A diferencia de toda la selectiva, el objetivo de la fracción resto es que se reduzca a la mínima expresión, lo que indicaría un nivel óptimo de selección en casa. La medida, además, comportaría un ahorro considerable en la factura del Centre de Tractament de Residus del Vallès Occidental (CTRVO) y del transporte a depósito.
82 mil toneladas
Durante el año pasado la generación de residuos ha registrado un aumento destacable del 6,8 por ciento, cuando la tendencia de los últimos años eran incrementos que
en ningún caso superaban el 3%. En un solo año, el volumen de residuos recogidos en la ciudad ha crecido más de 5 toneladas, pasando de las 76.696,64 de 2017 a las 81.904,91 toneladas de 2018.
Una de las razones de ese despegue estriba en el incremento del consumo y en especial de las ventas por internet, que se traducen en una mayor generación de envoltorios y, en consecuencia, de plásticos, papel y cartón. Ambas fracciones registraron el año pasado un incremento del 39%.
A nivel individual, el volumen de residuos que genera cada terrassense ha crecido durante 2018, superando por primera vez el kilo de basura por persona y día. En concreto, durante 2018 cada ciudadano produjo 1,3 kilos de basura diarios, frente a los 0,97 del año anterior.
Cuarta línea lateral
Por lo que respecta a las deixallerias municipales, donde se depositan y gestionan los residuos que no pueden colocarse en los contenedores, la de Can Casanovas recibió el año pasado 1.324 toneladas de residuos y la de Can Barba 692 toneladas. Estas instalaciones funcionan todo el año, excepto el día de navidad y el 1 de enero.
La implantación de los contenedores de carga lateral avanza en la ciudad, donde ya se han instalado tres líneas, la última de ellas hace un año en los barrios de Cementiri Vell, Vallparadís, Poble Nou-Zona Esportiva, Sant Pere Nord, Torre-sana, Ca N’Anglada y Can Palet. El gobierno municipal tiene ahora intención de implantar la cuarta línea en las próximas semanas.
El nuevo sistema, con contenedores de mayor capacidad (3.200 litros frente a los 1.200 de los actuales), evita el problema endémico de desborde y reduce el número de baterías en la calle, lo que ha permitido recortar la frecuencia de paso de los camiones y redistribuir los recursos humanos.
Además, ha liberado espacio en la vía pública ya que los contenedores de carga lateral llevan aparejada la retirada de un número superior de puntos de recogida selectiva. El gobierno de la ciudad estima que el nuevo sistema comporta ventajas a nivel de costes, impacto ambiental, limpieza y ayuda a ordenar el espacio público.
La materia orgánica supone el 45% del total; si las cifras de recogida selectiva de esta fracción aumentan, Terrassa avanzaría hacia el objetivo del 60%