Terrassa

La Festa de l’Home dels Nassos llenó de mitología la última mañana del año

Es una tradición catalana decirles a los niños, el 31 de diciembre, que ese día aparece l’Home dels Nassos, que tiene tantas narices como días el año, y que salgan a la calle a buscarlo. Por Terrassa, desde 2011, también lo busca Nassut de Nasrogent, guardián legendario de los bosques cercanos, que Jordi Grau convirtió en figura de "capgròs", y en base al cual la Coordinadora de Grups de Cultura Popular i Tradicional Catalana de Terrassa anima la última mañana del año organizando la Festa de l’Home dels Nassos, itinerante por la ciudad.

Volvió a hacerlo el lunes, y quedó ratificado que esta ruta festiva y evocadora de la mitología de la fecha constituye ya un evento popular y consolidado. Numerosas personas, especialmente familias con niños, siguieron (muchas, completo) este itinerario de cuatro horas que comenzó a las diez de la mañana en el Mercat de Sant Pere. Allí, Nassut de Nasrogent, su novia "trementinaire" Margarida Tafanera y sus fieles "esparriots" (ayudantes) Janús y Fumera empezaron a buscar a l’Home dels Nassos. Nassut ha de dar con él para que le entregue la llave que abre la puerta del próximo año. Iban acompañados por el grupo de Ball de Pastorets de Terrassa, que en diversos puntos del recorrido hizo el "Ball de l’Home dels Nassos de Terrassa" (compuesto por Roger Aulet y con coreografgía de Marc Galí, con las cuatro figuras), su propio "Ball de Pastorets" (que se realiza con bastones largos, y al cruzarlos permite levantar a uno de sus integrantes para que recite versos) y "L’estapera de Terrassa"; un pequeño grupo musical; Ramon Codinas, presidente de la Coordinadora, que ejercía de pregonero, y miembros de la misma, que repartieron nada menos que mil narices postizas entre espectadores, seguidores y transeúntes.

Animación en el Mercat
Nassut de Nasrogent y las otras tres figuras se desplazaban en un carro tirado de un burro. Una parada de su ruta la hicieron en la calle de la Font Vella, ante el Social, cuyo Esbart Egarenc se sumó a los Pastorets en el "Ball de l’Estapera". Tras el paso por la Plaça Vella, estacionaron en el Raval, ante la puerta del Mercat de la Independència, y se pasearon entre los puestos, muy concurridos este día y a esa hora, con la charanga como banda sonora, para sorpresa y animación de vendedores y clientes que hacían sus compras. Nassut iba saludando con su bastón a los niños pequeños, que se lo miraban encantados.

El pesebre y el árbol del Mercat están instalados este año en la zona inmediata a la escalera de entrada por Rambla. El espacio se ha reducido, por lo que no pudo realizarse allí "L’estapera" ni el espectáculo tuvo tanta visibilidad como en años anteriores. También en este punto tuvo lugar el descanso. Los portadores se quitaron las figuras para respirar unos minutos, y todos los participantes compartieron un pequeño piscolabis. Seguidamente completarían su recorrido por el mercado, provocando nuevas alegrías (las dependientes de Aviram Jordi, por ejemplo, se pusieron a bailar animadamente a su paso).

Nassut, Tafanera, Janús y Fumera volvieron a subir a su carro, que los esperaba en el Raval, y, seguidos por dos ciclistas de Creu Roja, y sus fieles con ganas de continuar la fiesta, tomaron la plaza de Enric Granados y la Rambla d’Ègara. En la esquina con la calle de Grànius, los Pastorets hicieron otro baile.

Final en la plaza del Progrés
La fiesta tuvo su apotéosis en la plaza del Progrés. Allí volvieron a ser danzados el "Ball de l’Home dels Nassos" (al final se sumaron algunos niños), el de Pastorets (en el escenario,) y "L’Estapera". Ésta fue bailada en dos "rotllanes", en el centro de las cuales se ubicaron Nassut de Nasrogent y Margarida Tafanera, y acabó con las dos figuras levantadas con el entrecruzamiento de los bastones, entre grandes aplausos.

Dos "pastoretes" cerraron la Festa de l’Home dels Nassos en lo alto de los bastones y recitando unos versos. "Avui, 31 de desembre, i com és tradició, sortim a buscar l’Home dels Nassos per tota la ciutat, sense deixar-nos ni un racó", dijo una. Y la segunda finalizó deseando un buen año a todos los presentes.

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