El pacto entre Mina y el Ayuntamiento de Terrassa para un “traspaso ordenado” de la gestión del agua a la administración pública afronta un mes frenético.
Ahora arranca una negociación que dará contenido a un complejo acuerdo y que debe estar lista en noviembre. El 10 de diciembre, la empresa municipal Terrassa Cicle de l’Aigua EPEL entra en servicio y para entonces deben estar cerrados todos los flecos del traspaso.
Mina y el Ayuntamiento anunciaban la semana pasada el pacto, pero de momento no hay nada firmado.
Para ello las partes negocian ahora las condiciones del alquiler de las actuales dependencias de Mina. El Ayuntamiento alquilará las oficinas, los almacenes y buena parte de las instalaciones de la concesionaria en la calle de la Societat. También el mobiliario, los ordenadores y los programas informáticos. La idea es que los trabajadores no se muevan y los abonados tampoco.
El Laboratori d’Analisi Ambiental de Mina está sobre la mesa. El Ayuntamiento valora la propuesta de que la empresa mantenga la actividad privada y le subcontrate el servicio.
Las conversaciones incluyen también los contratos de subrogación de servicios como la luz, la seguridad, el “call center”, las obras, las lecturas de contadores, la limpieza y las telecomunicaciones, que pasarán a nombre de la EPEL.
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