El pleno extraordinario de residuos se saldó el martes con la reprobación del gobierno del PSC, que se quedó solo en la defensa de la gestión de la limpieza viaria y la recogida de residuos. Durante tres horas de debate, la oposición en bloque denunció que "Terrassa está sucia" y que, pese a la inversión de más de 5 millones en contenedores, vehículos y aumento de la plantilla de la empresa municipal Eco-Equip, "la situación en lugar de mejorar ha empeorado. El problema no son los recursos, estamos ante un problema de gestión política", argumentaron los portavoces.
La propuesta de reprobación salió adelante con los votos de TeC y ERC-MES, las dos formaciones que impulsaron el pleno extraordinario, así como los concejales del PDeCAT, Ciutadans, la CUP y el PP. El acuerdo incluye un único punto de reprobación, acompañado de un paquete de "medidas correctivas" que pretenden revertir la situación y que el ejecutivo deberá aplicar. (ver despiece).
Auténtico despropósito
Durante el pleno, la oposición se empleó a fondo en la crítica al gobierno de Alfredo Vega y en especial a la gestión del responsable del área, el teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad Marc Armengol.
El portavoz de TeC, Xavier Matilla, explicó que al inicio de mandato "todos sabíamos cual era la situación del servicio", después de cuatro años de crisis y de desinversión en la empresa municipal. Los comunes acusaron al ejecutivo de anunciar en 2015 un plan de choque que no ha mejorado la situación y calificaron la gestión del PSC de "auténtico despropósito". "Nos engañaron con el Pacto por la Limpieza, han sido incapaces de llevar a cabo una política de inspecciones decidida y continuamos estancados en el 34 % de reciclaje".
Matilla pidió a Marc Armengol que admita errores en la gestión y cuestionó su continuidad en el cargo. "Por el bien de la ciudad sería bueno que empezaran a asumir el desastre(…) Si tuviera pudor se habría planteado irse", le dijo.
Isaac Albert, de ERC, tildó el pleno de "oportunísimo y no oportunista", como lo había tachado el gobierno. El republicano acusó al ejecutivo de "inacción política" y de presentar un Pla de Prevenció de Residus 2018-2030 "que es una copia del de 2015". "Es una vergüenza", añadió, " yo no pediré su dimisión, pero debería bajar la cabeza".
No a la auto reprobación
Desde el PP, Alex Rodríguez reprochó al PSC que cobre la tasa de residuos "pero incumpla su obligación de tener la ciudad limpia" . Los populares creen que la situación de contenedores desbordados y acumulación de muebles en las calles es "insufrible" y que el problema responde a "un gobierno de 40 años agotado, que no tiene ideas. Ustedes ya no pueden más", espetó a la bancada socialista.
La reprobación de los partidos "es en realidad una reprobación de la ciudadanía", defendió Javier González, de Ciutadans. El líder naranja coincidió con el portavoz del PDeCat, Miquel Sàmper, en invitar al PSC a apoyar la reprobación y así "hacer autocrítica". De hecho, esa fue la principal apelación de los partidos al ejecutivo del PSC, al que pidieron reiteradamente que asumiera "sus errores".
Los concejales del PDeCAT dijeron no sentirse cómodos en la reprobación a sus ex socios, pero se sumaron al reproche colectivo de que los socialistas han "desoído o incumplido las propuestas" formuladas durante los últimos años por los partidos y las entidades. Las AVV presentes en la Taula de Residus avalaron el argumento con un dato: "De las 35 propuestas presentadas desde julio de 2016, 33 están pendientes de trabajarlas o de respuesta", explicó el portavoz Jordi Vila durante su intervención en el pleno. Las entidades han amenazado con dejar la Taula de Residus si siguen siendo ignoradas.
La CUP puso el acento en las campañas de prevención. Reclamó que el 2% de la tasa de residuos se destine a ese fin, como está previsto, y recordó a Marc Armengol que "sin planificación no se puede mejorar la prevención de residuos. Estamos ante un problema de gestión política y la prueba es que estalla cuando más recursos se invierten", indicó el portavoz Marc Medina.
Al ataque
El gobierno socialista respondió el martes a la reprobación atacando, lo que crispó el ambiente del pleno, que a partir de ese momento fue bronco y crispado.
Armengol cargó contra su ex socio, al que atribuyó un "ataque de amnesia". Recordó que la ciudadanía puntúa con un 5,5 "mejorable" la gestión municipal en limpieza y residuos y desautorizó las críticas de los portavoces, a los que acusó de "no acudir a las reuniones de la Taula de Residus. No les importa el tema, no se creen la participación", dijo, para concluir que "este pleno solo tiene voluntad de hacer daño al gobierno y a Eco-Equip".
Armengol reiteró una vez más que el ejecutivo ha inyectado 7,5 millones de euros para mejorar la limpieza, los residuos y abonar el canon autonómico. "Este es un tema prioritario ", dijo, antes de admitir que "quizás no hemos piorizado bien. Es algo que veremos al final del mandato".
A la oposición, la respuesta de Armengol le pareció "maleducada" y "faltona". Las réplicas fueron a lo personal – "es un insulto que personas como usted gestionen áreas tan importantes", dijo Matilla- y al prestigio político del PSC. "Ustedes son un tapón que impide renacer a la ciudad", le espetó el republicano Isaac Albert.
Armengol escuchó de la CUP la acusación de "menospreciar " a la Taula de Residus y "gobernar de espaldas a la ciudad", mientras Javier González le invitaba a "no dimitir. Si no está, si está ausente".
En el fragor del debate, dos propuestas quedaron en el aire. La del portavoz de Ciutadans, invitando a la oposición a expulsar al PSC del gobierno municipal. "Acabemos con esta agonía- dijo-. Pongámonos de acuerdo para que este mandato lo acabe una gestora", argumentó.
Marc Armengol se atrevió a pedir "un gran pacto político" sobre limpieza y residuos, pero la sugerencia no recibió respuesta alguna.