Ahora, en muchas actuaciones, los niños y jóvenes que asisten a nuestros espectáculos se esperan al final para hacerse fotos con los artistas y llevárselas como recuerdo”, señala Judit Josa, coordinadora de Pedagogia de l’Espectacle. Los móviles imponen su signo de los tiempos y sus actitudes también en las sesiones de teatro, cine, música y danza para escolares que la entidad de “educación para el espectáculo” de la Fundació Torre del Palau viene organizando desde 1976. Han tenido, en este curso finalizado, 31.609 espectadores, esto es, sobre un millar más que en el anterior.
Más interés en los institutos
“La tendencia es, pues, positiva,y estamos contentos”, señala Josa, más aún porque el mayor incremento se ha producido en los ciclos medio y superior, ESO y bachillerato, que han registrado un total de 13.175. En esta franja de edades más elevadas “siempre hemos tenido una afluencia de asistentes más pequeña. Ahora está empezando a aumentar, lo que es estimulante y positivo. Queremos tener más comunicación directa con los institutos, explicarle la programación que ofertamos y que les permite trabajar los espectáculos antes y después de verlos, con materiales didácticos adaptados a las nuevas tecnologías y el acceso a la información que permite internet”.
En su selección, Pedagogia de l’Espectacle busca cada vez más espectáculos que “remuevan sentimientos, que resituen, que no dejen indiferentes, que susciten preguntan y debates, que permitan a los niños ganas en conocimientos, gestión de las emociones, en el trabajo de valores y actitudes”.
El teatro es un instrumento ideal para ello, y de ahí que, en este curso, haya tenido más sesiones y más espectadores. Josa recuerda especialmente en este sentido “Euria”. Es una obra de mimo del grupo vasco Markeliñe sobre el duelo y la muerte, con un personaje que pierde un ser querido, y desarrolla un proceso que le da una mirada hacia el futuro y una nueva vida. “Supuesta en escena es muy clara, con simbolismos fáciles de leer, incluso alguna imagen dura. Pese a que tiene una escenas de tiempo muy lento, los niños (de 10 a 12 años) las aguantaron perfectamente y quedaron totalmente atrapados por una historia tan maravillosa como la vida misma. Les gustó mucho y creo que salieron de la representación de otra manera.”
En el ciclo inicial, para niños de 7 y 8 años, el gran éxito fue “Safari”, de la Baldufa, que aborda el tema del bullying. “Hablaremos mucho de esta obra cuando lleguemos a clase”, comentaron los profesores, porque “Safari” “proporciona instrumentos para evitar actitudes, para que los niños sean solidarios y también capaces de ayudar en determinados momentos”.
Otra obra destacada fue “Maravilla en el país de las miserias”, en la que otro grupo vasco, Attic, con dos actores muy jóvenes, expone “cómo sobreviven los niños en una situación de guerra real. Es una obra impactante. Después de la representación, los chicos hicieron un breve debate con los artistas, que resultó muy interesante”.
También hubo debate tras la representación del espectáculo de danza que dieciocho alumnos de los últimos cursos del Conservatori de Dansa de Barcelona representaron en el escenario grande del Centre Cultural, con coreografías de su propia creación. “Fueron unos cuarenta minutos de danza, seguidos de veinte en los que los artistas respondieron a las preguntas de los niños. Hubo un bailarín de 14 años, que se puso realmente el público en el bolsillo, y al que después le ametrallaron a preguntas, porque en el público había chicos de su misma edad. Este curso ha sido siempre, pero sobre todo en ciertos momentos, muy gratificante por la reacción del público con espectáculos de mensaje”.
También la música tuvo un papel relevante, con sesiones dedicadas al jazz (Roger Canals, acompañado por grafiteros en el Auditori), el habitual Litus, que repasó el repertorio de The Beatlesgospel. El público de instituto disfrutó con la obra de teatro musical “Ningú va dir que fos fàcil”, del Jove Teatre Regina, una historia “que explica el paso de la infancia a la adolescencia y de todos los interrogantes y todas las experiencias que plantea este período del viaje de la vida”.
Por otra parte, Pedagogia de l’Espectacle ha intensificado su especialización técnica, “organizando programas cada vez más específicos y a medida, ajustados a las necesidades de los centros docentes de las diversas poblaciones (Terrassa, Rubí, Palau-solità, Barberà del Vallès,entre otras), donde realizamos programaciones estables”.