Terrassa

Birmania: naturaleza, atardecereres y pagodas

Birmania, oficialmente la República de la Unión de Myanmar, se conocía anteriormente como “el almacén de arroz de Asia”, debido a que hubo un tiempo en que era el mayor productor de este cereal. Hoy es el principal exportador de madera de teca. “Además, este país es un territorio desconocido y apartado del mundo, donde el viajero se siente descubridor”, señala Francisco ‘Paco’ Orive, director de producto de Nuba, agencia especializada en viajes a medida.

“Myanmar se abre lentamente, mostrando las maravillas que esconden los tres mil templos de Bagan, los bosques de orquídeas que rodean los jardines flotantes del Lago Inle, el rostro dorado y blanco de Mandalay, y la impresionante y sobrecogedora arquitectura de la Pagoda de Swageddon”, añade.

“En Birmania el viajero descubrirá a una gente única, que disfruta del placer de agradar al visitante”, explica este experto de Nuba. Según Orive este país asiático, donde se practica un ferviente budismo Theravada, es considerado en términos turísticos como “una auténtica joya aún sin explotar, porque su cultura permanece prácticamente intacta”.

Visitas obligadas
“Mientras que a Vietnam entraron en 2014 cerca de 8 millones de turistas al año, a Birmania solo llegó uno, una cifra que podría alcanzar hasta los 3 millones si consideramos a aquellos que visitaron la zona fronteriza con Tailandia en una visita de ida y vuelta en el día”, informa este experto.

Consultado sobre qué lugares de Myanmar son de obligada visita, Orive señala que uno de ellos es Bagan, considerada una de las mayores concentraciones de templos y pagodas budistas del mundo, con más de 2000 monumentos de este tipo y solo comparable a la región de Angkor en Camboya.

“El Lago Inle es un tranquilo lugar para descansar y disfrutar de la naturaleza, con pueblos flotantes y sus peculiares pescadores que, trasladándose en barca, consiguen remar con la ayuda de una pierna. Este es uno de los puntos inolvidables que reserva Birmania al viajero”, según Orive.

Presenciar un mágico atardecer en lo alto de un templo en Bagan, es también una experiencia única, según este experto. Indica que lo ideal para disfrutar de Myanmar es permanecer un mínimo de ocho noches, y ofrece unas sugerencias para disfrutar en ese país enfocadas a lo que busca cada uno de los perfiles de viajeros más habituales.

Aventura
Se recomienda el campo de elefantes Green Hill Valley (www.ghvelephant.com) , en el estado Shan. Es una reserva natural privada donde el viajero puede participar en el cuidado diario de estos animales, de su alimentación y de su baño, a cargo de sus fundadores, un veterinario y cuidadores especializados.

Por otro lado, también se aconseja probar el más famoso de los platos típicos birmanos: la mohinga , una sabrosísima sopa de pescado que se sirve caliente, y que en la mayoría de los casos se elabora con fideos de arroz y acostumbra tomarse como desayuno, debido a sus numerosas propiedades y nutrientes ideales para comenzar el día.

Otra opción interesante es visitar los pueblos flotantes del lago Inle, rodeados de verdes montañas, bosques de orquídeas, canales de agua y plantaciones de todo tipo.

Se sitúan, junto a decenas de jardines y mercados flotantes, a las orillas de este lago de agua dulce de 200 kilómetros cuadrados situado a unos 900 metros de altitud.

La comunidad acuática del lago Inle está formada por unas 70.000 personas de diferentes etnias, que se agrupan en cuatro localidades a pie de lago y habitan en unas curiosas casas construidas sobre pilotes.

Ya en un ámbito más cultural, es recomendable adentrarse en la creencia local de los “nats”, espíritus de los antepasados que habitan en las montañas, una treintena de los cuales tienen su hogar en el monte Popa, un volcán extinto, en cuya cima se construyó un monasterio budista, y donde son venerados con ofrendas por los peregrinos.

Por otro lado, vale la pena visitar Yangon, la antigua capital del país, que puede ser recorrida en un tren desde donde pueden verse las imágenes más típicas de sus miles de ciudadanos de a pie y preciosos rincones, así como visitar el barrio de Hele Dan, con su mercado de frutas y verduras, o la zona colonial de la ciudad y los edificios británicos de la zona del puerto.

La ciudad de Hsipaw, en el estado Shan, también conocida como Thibaw, que se encuentra en la ribera del río Duthawadi, a tan sólo 200 kilómetros al noroeste de Mandalay y está enclavada en una zona que produce una de las mejores frutas del país, es muy recomendable de visitar. Realizando caminatas suaves se pueden observar hermosas plantaciones de arrozales y frutales, mientras que un ‘trekking’ más importante, permitirá al viajero conocer las tribus palaung, que habitan en la montaña y se dedican principalmente al cultivo de té.

Tranquilidad entre aguas cristalinas
Ngapali Beach, uno de los preciosos paisajes de la costa, en Ngapali, es el lugar ideal para aquellos viajeros que buscan un alojamiento tranquilo, rodeado de largas playas de arena blanca y aguas cristalinas. Esta zona bañada por las ricas aguas de la bahía de Bengala, ofrece importantes recursos pesqueros que constituyen la base de la economía de sus habitantes, así como alojamientos exclusivos a pie de playa, en un lugar muy tranquilo aún por descubrir.

En cuanto a monumentos, en los alrededores de Yangon se encuentra el parque Kandwaygyi, donde puede visitarse la increíble pagoda Shwedangon, el monumento más importante de todo el país. Otros sitios monumentales de obligada visita son el Templo Ananda, que es el único en el mundo en poseer cuatro estatuas de Buda en cada una de sus puertas, y el monasterio Mahagandayon, un centro budista cercano al puente U Bein de madera de 1,2 kilómetros de largo de Amarapura.

El dato 

8.720

Son los kilómetros que hay desde Terrassa

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