Terrassa se sumó ayer por segundo año consecutivo a la conmemoración del Día Internacional de la Ciudad Educadora, una jornada que quiere poner en valor y dar a conocer la tarea que el municipio lleva a cabo en el ámbito educativo, así como para crear conciencia de la importancia de la educación como motor de cambio.
En la red de centros educativos municipales hubo siete que acogieron diferentes actos, con el denominador común de la lectura de un manifiesto conjunto de los alcaldes y de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras, a cargo de un miembro de la comunidad educativa de cada centro (profesorado, alumnado y/o familias).
Las escuelas participantes fueron las Escoles Bressol Vallparadís y Coloraines, las de educación especial Fàtima y El Pi, Escola Municipal La Llar, Escola Municipal d’Art i Disseny y Escola Municipal de Música. En cada uno de estos centros se promovieron acciones diversas. En la Escola Municipal La Llar, por ejemplo, se instaló un puesto para vender calendarios mientras que la mayoría de centros exhibieron sendas exposiciones que pudieron ser visitadas por los padres de alumnos. En la Escola Municipal de Música hubo además una actuación protagonizada por un cuarteto de saxos liderado por el profesor Albert Julià. Los centros públicos y concertados también se añadieron a esta celebración y en la mayoría de ellos se dio lectura al manifiesto unitario, el cual declara que entiende el derecho a la educación como "motor de desarrollo humano, social y económico de las personas y las comunidades, así como un elemento indispensable para lograr un desarrollo sostenible, una ciudadanía activa y una paz duradera".
Adhesiones
El Día Internacional de la Ciudad Educadora es una iniciativa de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras, que reúne 480 ciudades de 35 países y pretende contribuir a la consecución de la Agenda 2030 para un Desarrollo Sostenible.
Esta agenda, elaborada mediante un diálogo sin precedentes entre los estados miembros es de Naciones Unidas, los gobiernos locales, la sociedad civil, el sector privado y otros agentes, que otorga especial importancia a las ciudades y a la educación de calidad para todo el mundo y a lo largo de la vida.
Terrassa se declaró Ciudad Educadora en 1994 y desde entonces el Ayuntamiento y la comunidad educativa han trabajado para conseguir un modelo de ciudad que articule una red local de actores y agentes educativos -públicos y privados- alrededor de un proyecto educativo común.