La revisión catastral culmina en la ciudad con un incremento medio de los valores catastrales del 18,37% para el global de los inmuebles y de un 24,47% para los de uso residencial, el más mayoritario. La ponencia técnica de valoración ha actualizado la foto fija del parque inmobiliario 21 años después de la última revisión catastral, que se llevó a cabo en 1996.
A partir del mes de julio, los propietarios podrán consultar los nuevos valores asignados a cada finca y comprobar la repercusión que tendrán en impuestos como el IBI, la plusvalía, las sucesiones, las donaciones o las tansmisiones patrimoniales.
La ley prevé una aplicación escalonada en10 años de los nuevos valores catastrales para evitar el impacto fiscal de la revisión en el bolsillo del contribuyente, de tal manera que si el nuevo valor es más alto, se aplicará un incremento del 10% cada año. Si la diferencia es negativa y el inmueble ha perdido valor, la rebaja se hará efectiva íntegramente el primer año.
El equipo de gobierno anunció ayer su intención de bonificar la cuota tributaria del IBI en los inmuebles que tengan una mayor afectación y donde el recibo de dispare. "Vamos a congelar el tipo de gravamen -explicó Alfredo Vega, teniente de alcalde de Servicios Generales y Gobierno Abierto-. Aplicaremos un tope máximo de incremento del 5% en el IBI de los inmuebles del tipo general, en aquellos donde el impuesto se encarezca un 5%, un 10% o más". En usos como la industria, el comercio, las oficinas, almacenes, espectáculos, instalaciones deportivas, ocio y hostelería, la bonificación será algo menor y el tope en la subida del IBI se situará en el 10%.
El próximo miércoles, 10 de mayo, el Ayuntamiento aprobará el informe favorable a la ponencia técnica de valoración catastral en un pleno extraordinario donde también se dará luz verde a la modificación de los tipos del IBI y a la ordenanza del impuesto con las nuevas bonificaciones. Culmina así una revisión catastral que se ha aplazado en dos ocasiones en los últimos 20 años, "en 2007 porque la burbuja inmobiliaria había disparado los valores y en 2012 porque seguían muy altos pero no había mercado de referencia, no habían compra-ventas, apenas daciones en pago", comentó ayer Vega.
De haberse llevado a cabo la revisión catastral en esas fechas, los incrementos en la ciudad hubieran sido del 150% en 2007 y del 70% en 2012, según el cálculo llevado a cabo por la Hacienda Municipal.
Sobre el plano de la ciudad, que ha sido dividido en distintas zonas de valor, los valores catastrales aumentan más en el centro y en la primera corona y menos en la periferia. Sectores como Can Roca y los entornos del Parc de Vallparadís, que han experimentado importantes cambios en las dos últimas décadas, también repuntan. Y en los polígonos de viviendas que, liberados ya del valor administrativo que limitaba su precio décadas atrás, se ponen al día con la actualización catastral.
Alfredo Vega explicó ayer que, al margen de los parámetros que rigen cada zona, la valoración "es individualizada y responde a la peculiaridad de cada finca e inmueble, a factores como su antigüedad, su estado de mantenimiento". El valor catastral es el resultado del valor del suelo y del constructivo y este último atiende a la situación de cada propiedad
Además, en la actualización se reflejan los cambios experimentados por la ciudad en los últimos 20 años, como la aprobación del Plan de Ordenación Urbanístico Municipal (POUM) de 2003 y la propia evolución del mercado, factores que han llevado a actualizar los parámetros de cálculo.
La Gerencia Regional del Catastro, en coordinación con el Ayuntamiento de Terrassa, ha sido la encargada de elaborar la ponencia técnica de valores, que ha tomado como referencia un estudio del mercado inmobiliario de la ciudad sobre una muestra de 2.500 viviendas. El valor catastral resultante debe ser el 50% del precio actual de mercado.
En la actual revisión se ha partido de cero. Después de 21 años, la Gerencia Regional del Catastro ha entendido que la evolución urbanística de la ciudad aconsejaba realizar una nueva foto fija del parque inmobiliario. La "imagen" tendrá una duración de 10 años.
Terrassa cuenta con un parque de 150.675 inmuebles que, culminada la ponencia del catastro, tienen un valor global nuevo de 8.419 millones de euros,1,3 millones más que el actual. Sólo el parque residencial (92.495 inmuebles) acumula un valor global de casi 6 mil millones de euros.
La revisión catastral comportará unos ingresos de 51,1 millones de euros a las arcas municipales en concepto de IBI. La aplicación de topes en el incremento del impuesto suponen un descenso de 223 mil euros en los ingresos previstos.