Dar la vuelta al mundo a bordo de un velero. Esta es la aventura en la que se han embarcado la joven terrassense Alba Duran y el barcelonés Pol Gespí, “una pareja mileurista enamorada del mar, la naturaleza, los animales y las personas”.
Han decidido cambiar de estilo de vida e invertir todos sus ahorros para emprender este sueño vital y deportivo.
“Con seis años ya le preguntaba a mi padre: “¿Este barco puede ir a Mallorca? ¿Puede cruzar el Atlántico? ¿Puede dar la vuelta al mundo?”. Muchos de los amigos navegantes que he conocido a lo largo de mi carrera como deportista tenemos dos sueños: participar en unas olimpiadas y dar la vuelta al mundo. Para el primero tienes que ser el mejor; para el segundo debes tenerlo claro. No soy el mejor, ni mucho menos, pero la experiencia y la pasión que tengo desde pequeño hacen que cada vez me sienta más a gusto en el mar, a pesar de ser un animal terrestre”, explica Gelpí.
“Mi padre, mi fuente de inspiración, es quien me hizo despertar mi pasión por el mar, durante cinco años de mi niñez, a bordo del Baliga Balaga, junto con mi madre y mi hermano. Conocer a Pol me ha abierto la puerta a conocer el mundo navegante, desde el mar y la vela. Poder compartir su sueño me hace sentir muy privilegiada y afortunada. Ahora su sueño también se ha convertido en el mío”, cuenta Duran.
Cambio de vida
Pol y Alba vivían en una casita de alquiler en Sant Pere Pescador (Alt Empordà) y trabajaban en el GEN (Grup d’Esports Nàutics) de Roses, Pol como entrenador de Open Bic (modalidad de vela ligera) y Alba como comercial. Pol llevaba muchos años buscando el barco con las mejores características y condiciones para una aventura como esta. A finales de agosto de 2015 encontraron el Savaou, un velero de acero de once metros, y decidieron comprarlo con sus ahorros y la ayuda “incondicional” de un amigo. Fue entonces cuando empezó todo.
Alba y Pol convirtieron el barco en su casa flotante. Dejaron el alquiler de la casa donde vivían, se quedaron con uno de los dos coches que tenían, regalaron ropa y objetos… se quedaron sólo con lo estrictamente necesario y ahorraron otra vez para poder adecuar el velero mientras vivían fondeados y trabajaban. “Vivir durante un año en el barco ha sido una muy buena manera de adaptarnos a la vida a bordo. También nos ha ayudado a ver todo aquello que se tenía que arreglar, cambiar, conseguir de segunda mano o comprar antes de partir hacia la vuelta al mundo. Durante los tres meses de verano aprovechamos para navegar al máximo con el Savaou. Es importantísimo conocer a tu propio barco y saber como responde”, explica la terrassense.
Para poder financiar su sueño han invertido todos sus ahorros y han vendido camisetas diseñadas como la que luce Pol en la foto de la izquierda. Otra fuente de ingresos ha sido la campaña que iniciaron en Verkami (una plataforma de micromecenazgo), con la que consiguieron unos seis mil euros. Además cuentan con la colaboración de algunas empresas, que les proporcionan apoyo y descuentos, y durante las estadas en tierra tienen la intención de trabajar como instructores de vela, kitesurf y windsurf, como camareros o utilizando el velero (que está motorizado y es energéticamente suficiente, con dos placas solares y autogenerador) para salidas turísticas.
Durante esta aventura, Duran y Gelpí colaboran con varios proyectos como Curem la Síndrome de RETT (una parte de la recaudación de Verkami y otras vías de autofinanciación como la venta de camisetas se destinará a la investigación de esta enfermedad minoritaria, que afecta sobre todo a niñas), Nekawe Project (Alba y Pol son embajadores de esta organización que defiende la preservación del entorno marino) y Stop Mare Mortum (cuyo mensaje “no más muertos en el Mediterráneo” difundirían durante el viaje). Además, aseguran que están abiertos a recibir personas interesadas en compartir con ellos alguna etapa o tramo de su ruta.
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Si lo desea, puede seguir esta aventura en:
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