Cinco de cada diez personas aseguran haber comprado o vendido productos de segunda mano en el último año y los que lo han hecho, calculan que se ahorraron una media de 980 euros respecto a los que les hubiera costado comprar esos mismos objetos nuevos.
Así lo revela el último estudio del sector llevado a cabo por Vibbo, la plataforma de venta online, según la cual compramos una media de seis objetos usados cada año en los que gastamos algo más de 700 euros.
El sector de la compraventa experimenta los últimos años un despegue sin precedentes. Y lo hace aparcando el cliché de la necesidad para asociarse a la compra responsable dando una segunda vida a los objetos.
Muchos buscan la ganga, pero la mayoría acude a las tiendas de objetos usados o a los portales de compraventa online buscando variedad, sobre todo cosas prácticas y también objetos que no podrían permitirse de otro modo.
El mercado ofrece también productos muy específicos como antigüedades, joyas o incluso prendas de alta costura. Muchas webs especializadas en últimas tendencias son la oportunidad para deshacerse del modelito que ya nos cansa y el "mercadillo" ideal para encontrar otro al mejor precio.
En Catalunya, y también en Terrassa, el sector de la segunda mano ha multiplicado su oferta en apenas cinco años y, con la irrupción de los portales de compraventa online, cada vez son más los usuarios que prueban a encontrar lo que buscan en el mayor escaparate virtual.
La primera, hace 18 años
En Terrassa, la tienda Second Company fue la primera en aventurarse en el mercado de la segunda mano en julio de 1998, hace 18 años, y aún sigue siendo un referente de la venta offline. "Ha sido como pasar de la prehistoria al futuro -explica su propietario, Jordi Portales-. Los primeros clientes desconfiaban de la segunda mano, llegaban a la tienda cargados de preguntas y de dudas".
Hoy la compraventa está interiorizada y, aunque "el móvil nos ha hecho mucho daño, las tiendas seguimos jugando la baza de la garantía. Cuando el producto que vendes tiene valor -explica Portales- no quieres arriesgarte a una operación en la calle y menos a meter a alguien en casa. Nosotros ofrecemos seguridad y garantía de un año al comprador".
En las tiendas y en los múltiples los rastrillos diseminados por la ciudad se ofertan muebles, moda, electrodomésticos, libros, juguetes o herramientas. Son productos en venta, pero también en depósito, cuando el vendedor no ve clara la salida comercial del mismo. El objeto se oferta una vez pactado el precio y el procentaje de comisión, con el compromiso de que el propietario lo recupera si nadie lo quiere.
De hecho, nada que no estuviera inventado y que no se practicara hace muchos años, cuando el trueque carecía de intermediarios.
Tecnología, moda, hogar…
En los estudios sobre la compra de segunda mano el ránking de las ventas lo protagonizan la tecnología -móviles, tablets y ordenadores-, la moda y los productos para el hogar, como mobiliario, sofás, lámparas, vajillas o utensilios prácticos.
El informe de Vibbo abunda en las repercusiones medioambientales que reporta la compra de segunda mano. Especialmente en la reducción del tráfico asociado a las compras, 700 mil toneladas de dióxido de carbono según el portal.
La reutilización de electrodomésticos y aparatos tecnológicos contribuye también a reducir el volumen de la chatarra electrónica y sus daños al medio ambiente. Algunas voces alertan, sin embargo, de los reisgos asociados a la reutilización de lavadoras, neveras y lavavajillas viejos. Como en el caso de los coches, los electrodomésticos viejos generan más emisiones.
El estudio Cetelem sobre el consumo en España de 2016, tras encuestar a más de 2 mil consumidores, confirma el peso que la tecnología y las telecomunicaciones tienen en las ventas de segunda mano. En volumen de ventas le siguen los libros, los artículos deportivos, los coches y el mobiliario.
El informe apunta que en 2015 se produjo un leve descenso del consumo de bienes que ya han tenido una primera vida y lo atribuye a la discreta recuperación de la economía, que habría decidido a algunos consumidores a estrenar, en lugar de reutilizar.
Aunque revelador, el dato no debe interpretarse como un freno del sector de la segunda mano en España y en Catalunya, donde no existe la tradición por la reutilización de bienes que sí tienen otros países europeos.
Todo lo contrario, apunta Cetelem. "El consumidor ha aprendido de la crisis y se ha convertido en un cliente mucho más racional, que sabe comprar mejor y de manera más inteligente. La adquisición de productos usados, en buen estado por precio reducido le permite destinar ese ahorro a la compra de otros productos".
La reutilización de electrodomésticos y tecnología reduce la chatarra tecnológica, pero los ecologistas alertan de su mayor poder contaminante