Terrassa

La historia de Terrassa contada entera por primera vez

¿Qué historia de Terrassa explica Josep Ignasi Rodó en "Memorias de la antigua ciudad de Egara"? Su afán de explicarla completa hace que empiece por el principio, esto es, la fundación de la ciudad, que atribuye a los fenicios. La hace después "capital" de los cartagineses, y, cuando la Ègara romana, una de las primeras ciudades ibéricas convertidas al catolicismo. De la época romana, dedica especial atención a la existencia de la sede episcopal, y presenta las biografías de los diferentes obispos que asistieron a concilios. Viene luego la invasión árabe y la destrucción de Ègara. "Rodó defendía que, a diferencia del resto de Catalunya, que había sido ocupada por las fuerzas invasoras, en el castillo de Terrassa (que situaba en Vallparadís) los caballeros godos habían resistido durante más de ochenta años, hasta que pasaron a la ofensiva y recuperaron Barcelona. Rodó, por tanto, daba validez a la tesis que defendía que los catalanes se habían liberado ellos mismos de la ocupación sarracena, para después pactar con los francos", señala Jan Brugueras en su estudio, publicado en el número veintinueve de la revista de historia local Terme.

Un lío con los primeros condes
En base al capitular de Carlos el Calvo del 11 de junio de 844, explica de los inicios de la Catalunya condal. "Tal como les había pasado a los historiadores de principios del siglo XVII que utilizaba (Francesc Diago y Jeroni Pujades), Rodó se hizo un auténtico lío con los primeros condes y su cronología y generalogía. A la vez, defendía la existencia de un palacio condal en Terrassa, aunque daba un origen árabe a la Torre del Palau."

A continuación, describe Montserrat, Sant Llorenç del Munt, Sant Martí de Sorbet, Sant Miquel de Toudelles y les Esglésies de Sant Pere. Al tratar de la construcción de les Esglésies de Sant Pere rechaza, por única vez en todo el texto, las tesis de Jeroni Pujades (1568-1635) en "Crónica Universal del Principado de Cataluña", su obra de referencia, adheriéndose a la excavación y el posterior estudio que hizo Fèlix Torres Amat en 1819. Torres Amat también rebatía la tesis, defendida por Pujades,de que que bajo la iglesia de Sant Miquel existían restos de un antiguo templo romano.

"Una vez tratada la temàtica religiosa, el texto de Rodó pierde consistencia y cohesión, y inicia una enumeración de hechos generales catalanes a partir del siglo XII." Los intercala con transcripciones de privilegios, estatutos, ordinaciones y hechos específicamente terrassenses. No menciona siquiera la Guerra Civil Catalana del siglo XV. Tratando el siglo XVI, presenta una descripción del templo del Sant Esperit, finalizado en 1597.

Actas del ayuntamiento
Con el siglo XVII vuelve a centrarse principalmente en la evolución histórica de Terrassa, basándose en las actas del Ayuntamiento durante este período. "Al hablar de los años previos de la revuelta de 1640, Rodó destacaba la implicación y el sacrificio de los terrassenses en particular y de los catalanes en general, y llegaba a justificar la revuelta catalana ante una situación que calificaba del todo insostenible". No define, sin embargo, la actitud de Terrassa ante los hechos del Corpus de Sang, aunque al hablar de la formación de levas, especifica que eran para luchar contra "el enemigo castellano". "Posteriormente volvía a transcribir documentación procedente del Ayuntamiento, y acababa su relato el año 1653 y lo justificaba diciendo que faltaban hojas del libro de actos. Finalmente, para acabar el quinto cuaderno, el último de los que llegaron al Ayuntamiento el año 1910 por donación de Antoni Josep Torrella, Rodó trataba extensamente las vidas de dos religiosos: Pere Ortíguez y Bonventura Gran".

Este quinto cuaderno finaliza en la página 236. El sexto y último comienza en la 420. Son 136 páginas perdidas, seguramente para siempre. Pero en 1926 el Butlletí del Club Pirinenc publicó un fragmento de esa parte perdida. Trata de la entrada de las tropas borbónicas en Terrassa, en 1713, a través de documentación del archivo del Sant Esperit. Algo más de su contenido lo podemos conocer por citas de Josep Ventalló i Vintró en "Tarrasa antigua y moderna": el estado de la población en el año 1800 (746 casas en veintiséis calles); el establecimiento en Terrassa del cuartel general del general O’Donell en 1809; el regreso de prisioneros terrassenses de Francia "y como estos habían aprovechado su cautiverio para aprender y poder transportar a Terrassa las últimas innovaciones técnicas para la industria textil"; la proclamación de la Constitución de 1812; la entrada del general liberal Antonio Rotten en 1823; la represión del conde de España en los años siguientes a la Revolta dels Malcontents de 1827; y la captura de caudillos carlistas en 1834.

El sexto y último cuaderno comienza con doce páginas de las que solo quedan los márgenes. Por lo que puede leerse en ellos, trataban de la Guerra del Francès, Joaquim de Sagrera y el Triennio Liberal. De la página 420 a la 457, que tienen un formato más pequeño que las otras, Rodó transcribe un informe sobre Terrassa y su partido judicial que él mismo había escrito para el "Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y las posesiones de ultramar", de Pascual Madoz y L. Sagasti, publicado entre 1845 y 1850. "En el apartado histórico, repetía narraciones hechas en cuadernos anteriores."

"Un bárbaro sin escrúpulos"
A partir de la página 457 reemprende la narración cronológica, desde 1828, con la represión que siguió a la revuelta realista de los Malcontents, del año anterior. "Es muy interesante la narración de los hechos que hizo Rodó en estas últimas páginas", señala Brugueras, "ya que como contemporáneo a los hechos, todo lo que explicó estaba basado en su propia experiencia o en la historia oral.

Por eso cuando trató la represión contra los liberales que hizo el conde de España, Rodó, que combregaba con el ideario liberal, le atribuyó una gran brutalidad. También explica la citación de los miembros del consistorio terrassense por parte del conde de España "y cómo los había acusado de ser poco afectos a la causa de Fernando VII y cercanos al ideario liberal. Para fundamentar la imagen represora y brutal del conde de España, Rodó adjuntaba la copia de una carta, sin datar (aunque la situó en el apartado que hablaba del año 1832), escrita por el que sería gobernador de Barcelona en 1839 Manuel Bretón y dirigida al mariscal de campo y capitán general de Madrid José Martínez de San Martín, en la que se definía al conde de España como un bárbaro sin escrúpulos". Este último cuaderno acaba en 1833, con la muerte de Fernando VII y la llegada al trono de Isabel II, "con unos últimos y breves comentarios sobre el hecho de que Carlos María Isidro de Borbón no había aceptado esta sucesión". Esto es, que no trata la Primera Guerra Carlista. Como Ventalló i Vintró se servía de Rodó para narrar la captura de veintinueve caudillos carlistas en 1834, puede suponerse que el manuscrito "era más largo, tenía más de 468 páginas y avanzaba más adelante en la cronología".

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