Una “victoría social”. Así calificó la CUP la decisión de la Policía Municipal de no continuar con el recorrido judicial que habían iniciado contra la portavoz del grupo, Maria Sirvent. La propia concejal considera que el desestimiento de los quince agentes es fruto de la “movilización popular” y de la “presión” ejercida por los movimienos sociales que durante los últimos meses han mostrado su apoyo a la formación de izquierdas.
El conflicto se retrotrae al pasado mes de julio, cuando la CUP pidió en el pleno municipal la disolución del Grupo de Intervención de la Policía Municipal tras atribuirle “una clara función de represión política”. Estas palabras, sumadas a la falta de apoyo explícito del alcalde, llevó a quince agentes a solicitar un acto de conciliación con Sirvent para que se retractara; algo que no hizo en enero, cuando se produjo la cita, ni ahora. Después de estar un tiempo valorando si interponer una querella, los agentes han optado finalmente por dar carpetazo a este asunto. La CUP considera que la polémica generada durante estos meses ha puesto sobre la mesa un debate “que no tiene retroceso” sobre el modelo de seguridad en la ciudad.