El campus de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y la empresa FabLab presentaron ayer el laboratorio en producción 3D (tres dimensiones), el primero en Terrassa y en el Vallès Occidental. El laboratorio, ubicado en el edificio histórico de la Escola Superior d’Enginyeries Industrial, Aeroespacial i Audiovisual de Terrassa (Eseiaat), tiene como objetivo impulsar la creatividad y el emprendimiento entre el alumnado de la UPC que podrá desarrollar proyectos propios. También se pone a disposición de profesionales y colectivos externos al campus.
El laboratorio, que ocupa unos 107 metros cuadrados, está dotado con una serie de equipos tecnológicos e industriales punteros a través de los cuales sus usuarios pueden desarrollar todo el proyecto que tengan en mente.
Los equipos
Eso se traduce en una dotación de maquinaria informática que reúne impresoras y escáners en 3D, cortador láser de alta precisión, fresadoras digitales, tornos mecánicos, así como una amplia gama de herramientas necesarias para la fabricación y producción de objetos, prototipos, herramientas y dispositivos electrónicos. Esto quiere decir que el alumno o el profesional que visite esta aula tiene a su alcance un espacio de trabajo en el que puede diseñar su producto, fabricarlo y producirlo además de obtener imágenes impresas en dimensión 3D.
Desde el campus de la UPC subrayaron que el nuevo recurso será idóneo para las prácticas de los alumnos de Diseño Industrial y desarrollo del Producto, uno de los nuevos grados que implantó la Politècnica en Terrassa y que tiene una gran demanda. Pero no sólo para ellos sino también para toda la comunidad estudiantil en general. De hecho desde el campus consideran que el FabLab actuará como un incentivo para la creatividad y la interacción entre los estudiantes con espíritu emprendedor. Por su parte, Javier Hernández, director de FabLab Terrassa y diseñador industrial, agregó que se trata de un laboratorio con altas y diversas prestaciones. En este sentido destacó el conjunto de máquina, equipos y herramientas de alta gamma a disposición de los estudiantes pero también para profesionales y colectivos externos. Hernández significó también que el espacio se ha diseñado también para funcionar también como una incubadora de ideas (personas a título individual o en grupo que compartan proyecto) y como aula de aprendizaje (los lunes se imparten talleres para escolares). La apertura de este laboratorio es fruto de una acuerdo con la entidad FabLab Terrassa con el objetivo de abrir un espacio para el conocimiento en el diseño y fabricación digital. La puesta en marcha del equipamiento está valorada en setenta mil euros, una cantidad que ha sido financiada a tres bandas por la Fundació CIM y la Eseiaat de la UPC y FabLab. La Fundació CIM tiene como misión transferir conocimientos de ingeniería y gestión de la tecnología a las empresas y profesionales. El presupuesto del FabLab ha comprendido la adquisición de todos los equipos así como la adecuación del espacio en la conocida Escola Industrial.
El nuevo laboratorio se integra a una red de 23 que hay repartidos en el Estado español, ocho están en Catalunya: cuatro en la ciudad de Barcelona y otros cuatro distribuidos entre Castelldefels (esté también está a disposición de la UPC), Lleida, Sitges y ahora Terrassa.
Desde la UPC explican que el nombre de FabLab (acrónimo del ingés Fabrication Laboratory)se define como un espacio de experimentación en el campo de la producción de objetos físicos a escala personal o local que agrupa máquinas controladas por ordenador.
Potenciar el invento
Bajo esta marca se define un laboratorio con destino a la fabricación digital que abren el camino a la fabricación personal y a la individualización de la producción, integrados habitualmente dentro de los contextos locales donde se sitúan. Esta integración provoca , generalmente, una relocalización de la producción a escala media o individual. Desde el punto de vista social, los FabLab suponen el empoderamiento de la producción por parte de las personas, tanto de manera individual como colectiva, ya que permite producir alguna cosa que no existe.
El concepto de este tipo de equipamiento procede de Estados Unidos, en concreto del Center for Bits and Atoms (CBA) del Massachussets Institute of Technology (MIT), bajo la dirección de Neil Greshenfeld. A partir del año 2002, este tipo de espacio taller-incubadora de ideas e inventos se expandió por otros países como India, Costa Rica, Noruega, Boston y Ghana con unidades de producción a nivel local.