Sólo falta la aprobación del Consejo de Ministros. Si la entidad da luz verde al proyecto, algo que se espera que se haga en un par de semanas como mucho, el colectivo enfermero podrá al fin prescribir medicamentos de manera legal. La Comisión de Seguimiento de la Mesa Estatal de enfermería, formada por representantes del Ministerio de Sanidad y de la Mesa Estatal de la Profesión Enfermera, dio su visto bueno definitivo al Real Decreto elaborado por el Ministerio de Sanidad para regular el uso, indicación y autorización de medicamentos por parte de estos profesionales. "El texto está terminado", defendió el presidente del Consejo General, Máximo González Jurado. Un texto que ha sufrido los últimos retoques del departamento de Alfonso Alonso y que "hubiera gustado de otra forma" en algunos términos a los enfermeros, según reconoció su presidente.
El colectivo de enfermeros español lleva años reclamando que la ley le de respaldo en una práctica que para ellos es habitual pero en la que se encuentran desamparados: la prescripción de medicamentos y productos sanitarios. Pese a que existe una ley desde al año 2009 -que deroga la de 2006- en la que se dice textualmente que "los enfermeros, de forma autónoma, podrán indicar, usar y autorizar la dispensación de todos aquellos medicamentos no sujetos a prescripción médica y los productos sanitarios, mediante la correspondiente orden de dispensación", la realidad es que no existe ningún Real Decreto que lo regule, por lo que los enfermeros siguen encontrándose en la ilegalidad en este ámbito.
Catalunya se pone las pilas
A principios de julio, el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya dio un paso importante en este ámbito a través de la firma de un convenio con el Consell de Col·legis d’Infermeres i Infermers de Catalunya y los Col·legis Oficials de cada provincia. El documento preveía la elaboración de una propuesta para regular la indicación, el uso y la autorización en la dispensación de medicamentos y de productos sanitarios por parte de los profesionales de este ámbito. También se firmó un segundo convenio en el que se reclamó resaltar el liderazgo clínico y la autonomía del colectivo de enfermeros, así como la necesidad de analizar las estructuras organizativas de gestión para mejorar la simplificación y la racionalización de las entidades. "Por lo tanto, para racionalizar las instituciones hace falta que las enfermeras tengan un papel más relevante, de líderes dentro de estas organizaciones, porque así también se mejorará la efectividad", afirma Montserrat Comellas, directora de la Escola Universitaria d’Infermeria de Terrassa (EUiT).
Beneficio para la sanidad
Según explica Comellas, ésta es una reivindicación "que viene de lejos". Además añade que esta prescripción por parte de los enfermeros "hace tiempo que funciona en los hospitales pero no es legal. Aunque si no se hiciera, el sistema se colapsaría, no sería viable. Si por un dolor leve una enfermera debe prescribir un Gelocatil (Paracetamol), lo hace. Aunque se la juega. Y además se suma el hecho que está constantemente cuestionada por colectivos médicos por aspectos como este. Es momento de poner orden", reclama la directora de la Escola d’Infermeria de Terrassa. El Sindicato de Enfermería (SATSE) de Catalunya coincide, pues afirma que esta regulación "supone un avance muy importante en el reconocimiento profesional y social de la enfermería". En Andalucía ya existe una normativa que regula la prescripción médica para el colectivo de enfermeros. Según la portavoz de SATSE, Amelia Amescua, en esa comunidad se ha "evidenciado que es un beneficio para el sistema" y añade que "si nuestras prescripciones supusieran un peligro, ya se habría evidenciado". Desde el Sindicato también afirman que la prescripción enfermera está adecuada a la formación académica de los profesionales y aseveran que ofrece una mayor seguridad al paciente, pues "hay un control más cercano, se detectan mejor posibles efectos adversos y se propicia un mejor cumplimiento terapéutico". En este mismo sentido se expresa la directora del EUiT, quien señala que "el colectivo maneja una importante cantidad de medicación en todos los centros. Y tiene la formación adecuada para poder gestionarla; tanto prepararla como suministrarla y prescribirla". Existen dos niveles de prescripción, la autónoma y la colaborativa. La primera tiene que ver con la medicación relacionada con una patología concreta, un consejo de salud o material de curación sin prescripción. La segunda, es la medicación que se receta a través de guías de práctica clínica o protocolos.
En 2013, el Ministerio de Sanidad se comprometió a aprobar el desarrollo reglamentario de la prescripción enfermera, y en marzo de 2015, Sanidad y los Gobiernos autonómicos dieron su visto bueno al Real Decreto.