La Escola Andersen estrenó este final de curso tres cortometrajes fruto de un taller de audiovisuales conducido por el actor Pep Ferrer de Terrassa, y la productora Yumàgic. Era la primera ver que este centro impulsaba una actividad de este tipo en la que los alumnos de 2º de ESO se sumergieron en el proceso cinematográfico y aprendieron a realizar todas las tareas; desde el guión y la interpretación hasta el manejo de la cámara y la producción.
El taller de audiovisuales en Andersen no es “rara avis” puesto que hay centros de primaria y secundaria que también fomentan el lenguaje cinematográfico dentro del currículo o como extraescolar. Pero las iniciativas que se llevan a cabo son pocas a tenor de un estudio sobre el audiovisual en la escuela que concluye, entre otras cosas, que sólo el cuarenta por ciento de los profesores europeos utiliza películas y documentales en clase.
El informe, titulado “Film Education in Europe. Showing films and other audiovisual content in European Schools. Obstacles and Best Practices (Filmed)”, ha sido desarrollado por un consorcio y dirigido por el gabinete de comunicación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). El mismo ha tenido como objetivo indagar sobre el binomio audiovisual/ escuela y en particular sobre el cine.
Orden logístico
Los docentes europeos son poco amantes de recurrir al material audiovisual en clase porque dicen tener limitaciones de orden logístico organizativo y curricular. Así, los profesores explican que no disponen de autonomía suficiente para introducir el cine en sus programas y que este género artístico no tiene cabida en las clases tradicionales.
En cuanto a la infraestructura, la mayoría del colectivo docente admite que sus centros están bien equipados para la reproducción de contenidos audiovisuales pero al mismo tiempo señalan que disponen de poca filmografía (la mayoría de escuelas tiene menos de cincuenta películas). Los profesores que utilizan el soporte audiovisual dan algunas pistas de qué material eligen y cómo lo valoran. Optan en su mayoría por recurrir al documental (sesenta por ciento) frente al material educativo específico (46 por ciento). Y en menor medida eligen material de ficción (34 por ciento) y de animación (23 por ciento). Seis de cada diez docentes que utiliza esta herramienta lo hacen como complemento al tema que se ha explicado en clase y casi cinco de cada diez asegura que el uso de películas estimula la creatividad y el pensamiento crítico.
Singularidades
Por países, España presenta algunas singularidades. Aquí, las escuelas prefieren usar materiales específicos educativos (75 por ciento) frente a los documentales (setenta por ciento) a diferencia de la tendencia que se da en Europa. Es un país además que está en la cola en la utilización del cine nacional en la escuela (sólo un 37,6 por ciento) pero lo hace más que Bélgica (21,4 por ciento) y Portugal (16,6 por ciento). No obstante, España está por encima de la media europea en cuanto a la frecuencia en qué usa el audiovisual (ocho puntos en primaria y cinco en secundaria).
Oferta
Seis de cada diez docentes afirma también que el material audiovisual es complicado de introducir en clase por el elevado coste de las licencias pero también por las insuficientes competencias mediáticas y la falta de recursos técnicos en los centros. Alegan que es una materia que no forma parte del currículo oficial y por tanto la enseñanza de esta especialidad en clase es esporádica y puntual. Más bien se opta para programar el audiovisual como actividad extraescolar aunque un 80% de los docentes asegura que esta oferta tampoco existe.
Los autores del informe recuerdan que la Comisión Europea estimula a los Estados miembros a incorporar la alfabetización mediática como una asignatura. Así, apuntan en su lista de recomendaciones la necesidad de establecer acuerdos entre la escuela y la industria sobre las licencias para facilitar el uso del materíal fílmico. También aconseja una campaña de difusión para que las escuelas puedan aplicar la directiva de servicios audiovisuales de 2010 por la que se permite la utlización del audiovisual con fines educativos totalmente o parcial de forma libre.
La cifra
6.701: Son los docentes europeos que han participado en la encuesta del estudio dirigido por la UAB.
