El Ayuntamiento de Terrassa inició en 1998 una serie de acciones "para mejorar el problema de los huertos familiares no ordenados". Primero construyó un equipamiento de huertos municipales en la finca de la Torre de Mossèn Homs, que cuenta con 86 parcelas de cultivo, además de dos edificaciones para que los usuarios depositen sus herramientas. No obstante, la primera prueba piloto se había llevado a cabo a mediados de los 80 en la finca de ca n’Alavedra, que funcionó hasta setiembre de 2004. De forma paralela, el Consistorio ha ido actuando en la retirada de los huertos que ocupaban terrenos de dominio público, junto con otros servicios municipales para erradicar el barraquismo puntual o problemas de venta de estupefacientes. Desde julio de 2007 funciona un nuevo emplazamiento de huertos municipales, los de can Casanoves. Este equipamiento dispone de 81 parcelas con sus taquillas, herramientas y sistema de riego. Los propietarios de los huertos de la Font de les Canyes opinan que el pliego de cláusulas administrativas que regulan estas instalaciones son muy exigentes. Por ejemplo, solo se concede un huerto por familia, la duración de la ocupación es de un año prorrogable hasta un máximo de cinco, las licencias se otorgan por sorteo público, no se pueden realizar obras, está prohibido tener animales, se debe pagar una tasa municipal y sólo se pueden utilizar los materiales dictados por el Consistorio.