Terrassa

Un debut de primera en el concurso de arroces

Aunque comenzó la mañana con algún que otro imprevisto, ya que en un primer momento le faltaba tomate, supo resarcirse y se alzó con la victoria en el tradicional Concurs de Cassoles d’Arròs de Festa Major, que tuvo lugar el sábado por la mañana en la plaza de Salvador Espriu. Analista química de profesión, Sonia Cirera -la ganadora- tomaba parte en la prueba por primera vez, un hecho que no le impidió lograr la mayor valoración del jurado, con 276 puntos.

"¡No me lo creo! ¿He ganado!", decía ante la alegría de sus amigos y familiares. La segunda posición fue para Glòria Vila, economista, que consiguió un total de 269 puntos, mientras que el tercer lugar recayó en Lucía Hernández, una de los cocineras no profesionales más conocidas de Terrassa.

Los doce participantes contaron con los mismos ingredientes (pollo, conejo, costilla de cerdo, salchichas, sepia, gambas, mejillones, cebolla, ajo, vino blanco seco y, como no, arroz) para elaborar una cazuela de "mar y montaña". "La gracia es que, con iguales alimentos, cada uno confeccione su propia receta", explicaba Pilar Puigmartí, gerente del Gremi Empresarial d’Hostaleria de Terrassa i Comarca, la entidad organizadora de una competición gastronómica que estuvo dinamizada por Cèsar Verdejo.

La prueba dejó claro que en cocina "cada maestrillo tiene su librillo". Así, German Majadas, un vecino de Vallparadís de 40 años -diseñador gráfico en su día a día-, optó por freír las cáscaras y las cabezas de las gambas a fin de potenciar el sabor del caldo. Mientras que Jordi Alcaraz, trabajador de banca y vecino de Ca n’Aurell, dejó el pollo a un lado en la preparación.

En todo caso, los concursantes quedaron a expensas de la decisión final del jurado, en el que estuvieron el teniente de alcalde, Amadeu Aguado, el concejal de Cultura, Jordi Flores, la gastrónoma Àngels Freixa, además Àlex Fernández -con experiencia en hosteleria- y Pilar Puigmartí. Todos evaluaron la presentación, el sabor y la cocción del arroz en una calurosa mañana que la cercanía a los fogones convirtió en un poco más sofocante.

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