Terrassa

Un viaje a la época en que Sant Pere se convirtió en Seu d’Ègara

El 13 de enero de 615, en las Esglésies de Sant Pere de Terrassa, donde tenía su sede el obispado de Ègara, se celebró el concilio de la Provincia eclesiástica Tarraconense. Este año, pues, se conmemora su1400 aniversario,y el Museu de Terrassa ha querido adherirse a la conmemoración produciendo la exposición "El Bisbat d’Ègara", que el jueves se inauguró, con unos setenta asistentes, en la sala del Tinellet del Castell Cartoixa,y que también quiere ser una contribución a la candidatura de la Seu d’Ègara a Patrimonio de la Humanidad.

El obispado de Ègara nació sobre el año 450 (su historia acabaría en el siglo VIII, con las invasiones sarracenas) cuando el obispo Nundinari de Barcelona segregó su diócesis en dos partes, y creó la nueva, básicamente en el territorio del Vallès. "De obispo, puso a Irineo. Pero surgió un problema: un obispo no tiene autoridad para crear un obispado ni para nombrar obispo; esto es potestad del Papa. De manera que los de la Tarraconense consultaron al Papa, que les dijo que no era posible, y Irineo ha de volver a Barcelona", explicó Antonio Moro, comisario de la exposición junto con Gemma Ramos, y ya tenemos aquí un lío histórico apasionante, que se desarrolló en el territorio que los terrassenses pisamos cada día; su contexto, su arquitectura, sus objetos, pueden conocerse y verse en esta exposición.

Estamos hablando, además, de los primeros tiempos del cristianismo. "Mientras la religión oficial del Imperio Romano fue la pagana, el cristianismo se desarrolló en casas particulares. En el siglo IV, Roma oficializa el cristianismo como su religión, y aparecen las primeras iglesias." Y con la creación del obispado se proyectó la construcción del complejo episcopal. "La exposición es una especie de recopilación del conocimiento que a través de la historia del arte,la arqueología, y todos los trabajos que se han ido haciendo sobre les Esglésies de Sant Pere, hemos ido acumulando", explicó el director del Museu de Terrassa, Domènec Ferran.

Hay para estarse un buen rato. Los plafones explican toda la historia, y las características de los edificios de la Seu , y Ferran destacó los dibujos y recreaciones visuales, que permiten ver cómo eran originalmente (y sorprenden. En Santa Maria, por ejemplo, cuesta, en el lugar, ser consciente de la gran magnitud que tenía). Ramos subrayó as imágenes hechas con zoom, que permite ver claramente, también en Santa Maria, los nombres de los diferentes apóstoles. "Las pinturas están altas, y con la vista, in situ, es dificil obtener estos detalles. Este trabajo quiere ser una pauta para facilitar la lectura de las pinturas al público."

La larga vivencia del conjunto ha ido en detrimento de la conservación de objetos, pero algunos nos han llegado y están en la exposición. Los primeros que llaman la atención son dos ánforas del siglo VI. Una vitrina muestra diversos estucos pintados y decorados de la catedral de Ègara, "lo que significa que estaba pintada". También se expone un fragmento de sarcófago con la representación del sacrificio de Isaac; como en otros elementos, se acompaña de una referencia a una pieza similar, en este caso de Tarragona, que presenta un motivo del mismo pasaje bíblico. Un fuste de columna. Un cuarto de la ara del altar, que en la época gótica fue reutilizado como altar.

La exposición finaliza con una vitrina en la que pueden verse fragmentos de mosaicos de entierro, y una placa que hace referencia a un tal Recesvint, fallecido con 20 años. También cuenta con la proyección permanente de un audiovisual, y un espacio didáctico en el que los niños pueden trabajar diversos aspectos e incluso vestirse como en la época del obispado de Ègara.

los datos
Exposición "El Bisbat d’Ègara"
Producida por Museu de Terrassa
Lugar Sala del Tinellet del Castell Cartoixa de Vallparadís
Fechas Hasta el 28 de febrero

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