El peor error que han cometido los independentistas ha sido el no ver de lo que era capaz el gobierno de Rajoy para que la independencia no se llevara a cabo. Ha tenido que ser el artículo 155 el que les hiciera darse cuenta de que no eran amenazas lo que hacía Rajoy cuando por los medios de comunicación decía con toda claridad que emplearía la fuerza que fuese necesaria para impedir la independencia.
En Catalunya somos muchos catalanes y castellanoparlantes que no queremos la independencia, pero que rechazamos los medios empleados por el gobierno de Rajoy para impedirla. Hace mucho tiempo que se tenían que haber hecho unas elecciones para que el pueblo catalán pudiese decir en las urnas lo que quería y todos sabemos que no habría ganado el independentismo. Pero el problema es que tanto el gobierno catalán como el gobierno español tenían que hacer algo para esconder todos los casos de corrupción que durante tantos años han venido haciendo Convergència en Catalunya y el PP en España. El problema no es independencia sí o no. El problema es que hemos estado gobernados por corruptos hasta tal punto que la crisis causada por todos esos sinvergüenzas ya no se podía esconder por más tiempo.
Cuatro millones de trabajadores en el paro, millones de españoles que ni trabajando pueden llegar a final de mes debido a los contratos basura, más de doce millones de personas en situación de pobreza, recortes en sanidad, cultura, educación y otros son los principales problemas de esta situación que vivimos en estos últimos años en España. Todo ello lo han empleado los gobiernos para jugar con los sentimientos patrióticos de todos, españoles y catalanes. Tenían que hacer algo para tapar toda la corrupción de estos gobiernos y, tanto al de aquí como al de allá, se les ha ido el asunto de las manos con tantas mentiras de unos y otros.
En España se necesita cambiar el gobierno de Rajoy y en Catalu-nya, el de Puigdemont.