Ayer se presentó una nueva edición de la Festa Major de Terrassa. Como siempre, la valoración previa que se hace del programa se centra en el cartel de artistas contratados para los conciertos al aire libre. El concierto “vintage” estará protagonizado por el eterno José Luis Perales y el pretendidamente mediático, por Edurne. Es complicado valorar la idoneidad de los conciertos contratados debido a la subjetividad de los gustos individuales. Cada año se critica incluso con cierta dureza la elección de los artistas de Festa Major y se comparan con los que acuden a otras poblaciones y debemos decir que, pese a la ya tradicional polémica, los escenarios de los conciertos se llenan de terrassenses y también de visitantes. Quiere ello decir que las valoraciones no tienen por qué ser coincidentes y en ocasiones se producen reacciones tan miméticas como automáticas. En todo caso, es probable que haya artistas con mayor consenso que Perales y Edurne.
Sí que vale la pena destacar el esfuerzo que el Ayuntamiento está llevando a cabo en los últimos años por programar conciertos de pequeño formato con cantantes y grupos de Terrassa que están concitando el interés y un importante seguimiento por parte de los jóvenes de la ciudad. Tenemos ejemplos como los de Doctor Prats, Gemma Humet o Sense Sal cuya importante proyección impide hablar ya de promesas, sino de firmes realidades del panorama musical catalán. Junto a ellos, tendrán ocasión de mostrar sus propuestas otros grupos no tan conocidos, corales, cantautores y la emergente Banda de Terrassa que está encontrando su lugar en una amplia y variopinta muestra de la riqueza artística de la ciudad.
Uno de los grandes activos de la Festa Major de Terrassa es su programa de cultura popular con el des cubrimiento del capgrós de l’any como el primer gran momento de las celebraciones que tienen un momento especialmente intenso en la exhibición castellera del domingo después del ofici, y el ball de plaça. Son estos elementos, protocolizados como imprescindibles, los que dan un carácter irrepetible y genuinamente terrassense a la fiesta. No podemos olvidar, por otra parte, la participación de las entidades que en una fórmula que se ha trasladado también con éxito a la Fira Modernista. Aunque ha descendido ligeramente el número de actividades con respecto a la pasada edición, las entidades y clubs de la ciudad mantienen una fidelidad incuestionable que hacen que la Festa Major sea de todos.