Parece que el alcalde lo tiene claro. El servicio de suministro de agua será municipal el año que viene. Es cierto que no es la primera vez que se pronuncia en ese sentido, pero convendrá el alcalde que era con la boca pequeña; hablaba de control del servicio, de gestión municipal, pero no escondía que una fórmula de empresa mixta, con mayoría municipal en la participación le seducía como la mejor opción. De la misma forma, también es cierto que la posición del alcalde se ha ido endureciendo en los últimos meses y moviéndose hacia posiciones menos pragmáticas a medida que Mina ha ido eliminando edulcorantes de su estrategia de defensa. En definitiva, que el alcalde está molesto, muy molesto y en la entrevista que publicamos el sábado a un año de su toma de posesión como alcalde, dijo una frase que no debería pasar desapercibida a la hora de valorar el nuevo escenario: "Ahora ya tampoco es una empresa genuinamente terrassense, porque dentro de Mina está Agbar".
En cualquier caso los acontecimientos se precipitarán en los próximos meses puesto que la prórroga en la concesión del servicio a Mina sólo puede ser de seis meses y por lo tanto, en el plazo de un año no sólo se debe tener la decisión sobre el modelo de gestión encima de la mesa, sino que debe estar solucionada la liquidación, trámite complejo que no acabará en mutuo acuerdo sin ninguna duda. Recordemos que Mina ha interpuesto y par de recursos contra decisiones municipales y aún le queda la posibilidad, en caso de que se materialicen las previsiones, un nuevo recurso que acabaría en el contencioso administrativo contra la valoración de la liquidación que realizará el Ayuntamiento.
Y mientras tanto sigue el procedimiento y ayer se dio el pistoletazo de salida al denominado proceso participativo que empezó como referencia, que siguió como consulta no vinculante y que ahora no sabemos exactamente lo que es porque resulta que según se vayan desarrollando los acontecimientos podría quedarse en nada si se detectan desequilibrios en la información. Ya se explicará.
Y la pregunta es, si el alcalde y su grupo municipal lo tiene claro, si Terrassa en Comú lo tiene claro, si Esquerra Republicana lo tiene claro, si la CUP lo tiene meridianamente claro; si la decisión se toma en el pleno y estas formaciones tienen una clara mayoría ¿qué sentido tiene llevar a cabo el referendum-consulta-encuesta o lo que sea que se quiera hacer?