Finalmente se ha solucionado el desencuentro entre un importante grupo de policías municipales de Terrassa y la concejal de la CUP Maria Sirvent. Los policías se dan por satisfechos con el reconocimiento de su labor realizada por la alcaldía y por los grupos políticos con representación municipal y deciden no continuar adelante con la querella contra la concejal Sirvent por unas manifestaciones realizadas por ésta en el pleno que los policías consideraron injuriosas. Se da carpetazo al asunto y hay que celebrarlo.
Es la primera vez que un concejal electo era objeto de una querella criminal por manifestar su opinión en el pleno municipal, el lugar en el que deben confluir, las ideas, la opinión, el debate y aún la discusión. No hay otro foro más legitimado que ese, siempre con los límites que la convención y las propias leyes nos imponen. Los policías se sintieron especialmente heridos por la opinión de la concejal de la CUP y emprendieron un camino de máximos, una acción penal probablemente extrema, aunque cualquiera tiene el derecho de tomar una decisión en ese sentido.
Con todo, plantear este final como una victoria social fruto de la presión y la movilización quizás sea también una valoración de máximos. Quizás sea mejor entenderlo como la victoria de la sensatez y un gesto que devuelve el debate a los cauces de la normalidad. La concejal Sirvent, como concejal electa, debe tener la facultad de expresar su opinión política, de defender los intereses de sus votantes sin la menor cortapisa y en ausencia de la más mínima presión. Esa es la esencia del pleno.
Insistentes
La conselleria de Territori, que dirige el terrassense Josep Rull, ha anunciado que realizará un etudkio de movilidad del Vallès. Se relaciona ese estudio con el Corredor Mediterráneo, aunque se hace un poco extraño que a estas alturas la conselleria no tenga clara la movilidad en el Vallès cuando existe un plan director de infraestructuras. Quizá valga la pena saber exactamente qué persigue exactamente la conselleria con ese estudio, si tiene que ver con el IV Cinturó, por ejemplo o con el peaje de Les Fonts o con la C-58. Los terrassenses somos demasiado insistentes, quizás.
