Lo de menos parece ser dormir en un hotel, eso se da por supuesto. Ya casi ni se valora el tamaño y la comodidad de la cama, la calidad de las “amenities” en el cuarto de baño, la cantidad de canales en el televisor o el surtido que ofrece el minibar. Claro que todo eso cuenta, pero en los mejores hoteles, los clientes exigentes ahora buscan otras cosas, experiencias exclusivas y diferenciadoras. Estos son algunos de los lujos, o meras extravagancias que, según ha podido comprobar el buscador de hoteles y apartamentos hotelscan.com, se están empezando a ofrecer.
Conectado a las redes… pero que lo haga otro
Parece inevitable para muchos estar permanentemente conectado a las redes sociales y, desde luego, contar a los seguidores que uno está alojado en un buen hotel es una gran tentación que no hay que dejar pasar. Pero, vaya, son mis vacaciones y tampoco apetece estar todo el día con el aparatito a cuestas. ¡No hay problema! Algún hotel ofrece un community manager al servicio del cliente durante su estancia, para que mantenga entretenidos a los “followers”, mientras el titular de la cuenta se relaja en la piscina. Y para los amantes de los “likes” en Instagram, hay también un Instagram Butler que elige los mejores encuadres y aconseja la calidad de cada foto para quedar como un auténtico profesional.
Olvidarse del móvil durante unos días
Para muchos, el auténtico lujo es justo lo contrario, olvidarse del móvil y las redes sociales durante un tiempo. Cada vez son más frecuentes las terapias de desintoxicación tecnológica con programas en los que los huéspedes se olvidan de todos sus dispositivos para hacer un plan détox digital y renovarse psicológicamente con un programa de tratamientos personalizado. Al llegar al hotel el “paciente” entrega su teléfono móvil que queda confiscado durante su estancia. A cambio recibe un libro, un curso de yoga, un paseo a caballo o un relajante masaje. Por cierto, algunos de estos masajes están especialmente pensados para curar contracturas y agarrotamientos en manos, muñecas, brazos y cervicales provocados precisamente por el uso y abuso del móvil.
Sorprender a tu pareja
Esto no es una novedad, muchas personas buscan algo especial para que durante la estancia con su pareja haya un experiencia original: una cena a la luz de las velas, flores y cava en la habitación… Pero lo nuevo es que, ahora, de eso se encarga el hotel, que ofrece a sus clientes una carta de sorpresas y la complicidad del llamado Experience Planner que puede organizar desde una pedida de mano, un paseo en moto por la ciudad o un picnic al aire libre con las mejores vistas. La fórmula también es válida para grupos que buscan hacer algo original y que se lo den todo resuelto, se les puede crear una agenda de actividades de ocio y entretenimiento para ellos, diseñada a la medida de su viaje, sus gustos y sus necesidades.
Olvidarse de hacer y deshacer maletas
Algunos hoteles de lujo ofrecen desde hace tiempo un servicio de mayordomo personal que se ocupa de deshacer las maletas al llegar y organizarlo todo en los armarios y el cuarto de baño, pero también de volver a hacerlas cuando llega la hora de partir. Incluso puede ocuparse de embalar convenientemente las compras realizadas durante su estancia.
Una pulsera en lugar de tarjeta de crédito
El uso de pulseras identificativas en los hoteles no es nada nuevo. Pero ahora se han lanzado pulseras que sustituyen a las carteras o tarjetas de crédito de sus clientes. Se trata de una pulsera que puede desbloquear la puerta de la habitación al acercarse a la cerradura, así como pagar la comida en un restaurante o un tratamiento en uno de los spa del hotel. Para que funcione, debe conectarse a la aplicación móvil del hotel, a través de Bluetooh. Con esta pulsera también se pueden efectuar pagos en establecimientos comerciales o restaurantes del área asociada al resort, sin la necesidad de llevar la cartera encima. El brazalete, además, es impermeable, por lo que no es necesario quitárselo para ir a la piscina o a la playa. Gracias a que estas pulseras están vinculados a la aplicación del hotel, se puede controlar el uso de las mismas por menores de edad, así como fijar un máximo de crédito, solicitar recibos de los gastos o cancelar los servicios.
Masajes con sabor a gin tonic
Según ha podido comprobar Hotelscan.com, algún hotel de lujo ha fusionado dos de sus principales atractivos, al margen de sus instalaciones: coctelería y wellness, para crear el tratamiento llamado Gin Spa. El ritual se divide en un suave peeling corporal y un masaje que se realiza con productos aromáticos utilizados también como complementos del gin tonic: pepino, cítricos, pétalos de rosa y frutos rojos. Además, el pack puede disfrutarse saboreando un gin tonic contemplando el mar.
Un robot en lugar de conserje
La utilización de robots con capacidad de respuesta se está imponiendo en los hoteles más vanguardistas. Las versiones pueden variar, desde un dinosaurio mecánico, una “mujer androide” o un robot recepcionista. Todo es automático y sin la presencia de humanos: registro en un panel táctil, un brazo robótico se encarga de las maletas y reconocimiento facial para acceder a la habitación. En Japón ya hay hoteles gestionados casi exclusivamente por robots que tienen, eso sí, gestos humanos: parpadean, miran a los ojos, parece que respiran y hablan más de diez idiomas. Para acceder a la habitación no se usa ni llave ni tarjeta. Las puertas se abren por reconocimiento facial. En algún hotel los robots también se encargan de hacer el café, la limpieza o entregar la ropa.
Hoteles tematizados con música
En la actualidad existen varios hoteles musicales, que ofrecen a sus huéspedes estancias tematizadas que comienzan desde el momento en que se ponen los pies en el lobby, donde pueden demostrar sus dotes a lo Tom Hanks creando su propia música sobre el icónico piano gigante de la película ‘Big’ o disfrutando de conciertos los fines de semana. Habitaciones que homenajean a distintos géneros musicales con menús de guitarras y pianos digitales e incluso con set de DJ para ofrecer así a sus huéspedes experiencias únicas con la música como hilo conductor. Eso sí, todas las habitaciones están insonorizadas.