La sociedad Barcelonesa de Bares (B&B), del grupo terrassense Valisa, está dando los últimos pasos para su liquidación definitiva después de un periodo de varios años en que ha desinvertido en el sector hasta el punto que, actualmente, B&B "ya no explota directamente ningún bar y no tiene adscrito ningún tipo de negocio", explicó ayer Josep Vall, director de Valisa. Este mismo año, el grupo se ha desligado del último bar con el que tenía relación en Terrassa. B&B fue la apuesta de Valisa, cuyo negocio central son las máquinas recreativas, para la gestión del bar tradicional. El grupo adquirió gran presencia y tuvo su punto álgido a finales del primer decenio de este siglo. En 2009, era propietario de diecisiete cafeterías, frankfurts y bares de tapas en Terrassa, además de un restaurante.
Entre ellos, establecimientos emblemáticos como el bar Salvadores, ya cerrado en la calle de Torrella, y otros como Piscolabis (Rambla), Tao (Raval), BB (carretera de Montcada) o BB Tapas, también en la Rambla. Ese mismo año, B&B contaba con cincuenta establecimientos abiertos en España. "Hace ya tiempo que dejamos paulatinamente de explotarlos directamente, se alquilaron o se traspasaron. No veíamos posibilidades de crecimiento debido a la crisis y por la Ley de Tabaco". Luego, cada local ha seguido su propia historia. "B&B, añade Vall, no era estratégica para nuestro grupo, que ahora está centrado en su actividad principal".
Los alquileres
Valisa empezó a replantearse el negocio de los bares raíz de la entrada en vigor de la Ley del Tabaco de 2011 que prohibió fumar en todos los establecimientos de hostelería. Según Vall, esta nueva norma perjudicó económicamente a este sector. El propio grupo Valisa, muy ligado a la hostelería por su actividad principal, que son las máquinas recreativas, sufrió fuertes descensos de ingresos durante varios ejercicios lo que le llevó a presentar concurso voluntario a finales de 2013. Los clientes, que antes jugaban a las máquinas mientras fumaban, se iban fuera del bar a echar el pitillo y eso afectó a la recaudación de las tragaperras. "Tampoco las terrazas acabaron de funcionar y no ayudaron con nuevos ingresos a los bares", dice Vall. El panorama se complicó con la desaparición de las llamadas rentas antiguas que obliga a pagar los alquileres a precio de mercado a los locales comerciales. "Es imposible competir con lo que pagan grandes cadenas, como Mango o Inditex, en locales del centro. A algunos bares le subieron el alquiler y se convirtieron en inviables. Además, gran parte de nuestros bares se concentraban en torno a la Rambla, cuyo desarrollo urbanístico no ha comportado la rentabilidad que se esperaba para los negocios".
Según Josep Vall, Valisa está a punto de levantar el concurso voluntario que presentó en 2013. "Nos hemos tenido que adaptar a todas las novedades que se han producido en el sector", comenta. Por ejemplo, la empresa es actualmente un operador de relevancia en las apuestas deportivas, con locales en toda España.