Resulta difícil que tal concentración de fuegos, tres, en una misma zona, en pocas horas, sea casual. La zona: La Maurina y Roc Blanc, en el torrente o en sus proximidades. El intervalo de tiempo: menos de 48 horas. Entre los tres incendios ardieron más de mil metros cuadrados de vegetación. El peor, el de mayores dimensiones, fue el último, desencadenado el sábado.
El incidente inaugural de la serie tuvo lugar el jueves, a eso de las seis de la tarde, en las proximidades de la calle de Pablo Iglesias, en el sector de Roc Blanc. Allí, a unos metros de la Ronda de Ponent, un fuego quemó unos cien metros cuadrados de superficie de matorral.
La Policía Municipal, que elaboró un acta de incendios, dio aviso a los bomberos para que una dotación procediese a la extinción de las llamas. Y una unidad de Bombers de la Generalitat actuó al día siguiente, el viernes, a las nueve de la noche, en un espacio muy próximo, en el torrente de La Maurina, en el extremo norte de la calle de Pablo Iglesias. El resultado final, según el cómputo de los bomberos, fue de 250 metros cuadrados de matojos.
La actuación duró unos cuarenta minutos. Un tiempo similar empleó la unidad que el sábado, a las 3.45 de la tarde, acudió a la calle de Orà, en La Maurina, para sofocar las llamas que se habían declarado en un descampado. La superficie quemada en este caso fue, según Bombers, de 750 metros cuadrados. Al cabo, unos 1.100 metros en la suma de las tres incidencias.
Hubo otro incendio, más lejos, el mismo sábado, a las siete de la tarde. Quemó 150 metros cuadrados de vegetación en la calle de Wilson, en el barrio de Can Palet.