Más de 300 kilómetros de caminos transitables cerca de la orilla de los ríos Llobregat, Cardener y Anoia es el proyecto “pionero en el sur de Europa” que ha presentado este lunes la Diputación de Barcelona, una iniciativa llamada “Vías Azules” que pretende impulsar el turismo en toda la provincia.
El proyecto, que pasará por unos sesenta municipios barceloneses, será “una oportunidad increíble para tirar adelante la dinamización económica y turística del territorio”, ha señalado el presidente de la Diputación de Barcelona, Marc Castells, que ha asegurado que también permitirá “aumentar la autoestima de los municipios”.
El proyecto, que costará unos 60 millones de euros, reseguirá el trazado de los tres ríos y habilitará caminos de unos tres metros de amplitud donde podrán transitar personas caminando o en medios no motorizados como la bicicleta o el caballo.
Además de los sesenta municipios, las Vías Azules también pasarán por tres parques naturales, doce espacios naturales protegidos y, según las previsiones de la institución, ocuparán una área de influencia de más de 5 millones de personas, lo que supone el 70 % de la población.
Para el presidente de la institución provincial, este proyecto será “el nuevo parque natural de la Diputación de Barcelona” y ha subrayado que, para ellos, los 300 km de senderos “son un todo, una única cosa” por lo que asumen “la responsabilidad de hacer el mantenimiento y garantizar que esté en perfecto estado para que la gente lo disfrute”.
Castells ha asegurado que durante años “hemos vividos de espaldas a los ríos” y ha celebrado que las Vías Azules permitirán “redescubrir” espacios a sus alrededores, que tradicionalmente habían sido olvidados, y recuperar el patrimonio cultural y paisajístico de la demarcación.
“No somos conscientes de lo que tenemos”, ha dicho Castells que ha puesto en valor esta iniciativa al considerarla “una de las más emblemáticas y más importantes que ha llevado a cabo la Diputación”.
En este sentido, ha afirmado que los cerca de 60 millones de euros que costarán las Vías Azules son “el dinero mejor invertido en la historia de la institución”.
Este “megaproyecto” pretende descentralizar el turismo de la ciudad de Barcelona hacia los municipios del interior de la provincia para promocionarlo como un atractivo turístico para visitantes del centro y el norte de Europa.
Para Castells, el alcance de estas Vías Azules va más allá de los municipios por los que pasará y ha explicado que los pueblos colindantes ya les han expresado su deseo de estar conectados con el proyecto a través de vías verdes u otros senderos.
“Será un proyecto que no terminará nunca”, ha explicado Castells al subrayar el “efecto multiplicador” de esta iniciativa que será una oportunidad para “impulsar el progreso económico y generar lugares de trabajo en el territorio”.
Así, ha explicado que la Diputación de Lleida también se ha mostrado interesada en participar en este proyecto en el tramo del río Cardener que está en esta provincia.
“En línea con la tarea centenaria de la Diputación en la conservación y preservación del patrimonio”, el proyecto de las Vías Azules prevé recuperar elementos del entorno fluvial del Llobregat, como el puente del antiguo ferrocarril de Berga, el puente del Diable de Martorell y el de la colonia Sedó.
Asimismo, Castells ha anunciado que la iniciativa también contempla la construcción de un nuevo puente en el pantano de la Baells.
Según el presidente de la Diputación, el proyecto continua con el calendario previsto y será una realidad en 2022; tras la culminación de la redacción del proyecto, a finales de marzo tendrá lugar la aprobación inicial del plan director urbanístico y pasado el verano comenzarán las primeras expropiaciones y luego se abrirán las licitaciones.