Los ministros europeos de Interior celebrarán hoy un nuevo encuentro extraordinario ante el agravamiento de la crisis de refugiados, en el que estudiarán cómo agilizar la reubicación de demandantes de asilo y cómo trasladar al terreno operativo la respuesta europea acordada hasta la fecha.
Los Veintiocho se han comprometido a acoger en los próximos dos años a 160.000 refugiados procedentes principalmente de los centros de recepción de Grecia e Italia, pero por el momento solo 135 personas han sido trasladadas desde estos países hasta Finlandia, Francia, Suecia y Luxemburgo.
Esta proporción queda lejos de las casi 6.700 personas que deberían ser reubicadas de media al mes durante dos años para poder cumplir el objetivo.
Hasta ahora solo 14 Estados miembros han dicho estar preparados para empezar a recibir de inmediato refugiados, y han ofrecido un total de 3.546 plazas ya disponibles, muy por debajo de las 160.000 que se necesitan.
España ha sido uno de esos países, aunque ha limitado a 50 el número de personas que podría acoger en un primer traslado, del total de 9.323 que se ha comprometido a recibir en dos años.
La Comisión Europea (CE) espera que ese primer envío de personas a España se produzca a principios de la semana que viene, confirmaron a Efe fuentes comunitarias.
Bruselas ha insistido en que los demás países comuniquen lo antes posible cuántas plazas tienen ya disponibles, al tiempo que ha recalcado la necesidad de que los centros de identificación y toma de huellas dactilares de Grecia a Italia funcionen para que el proceso de reubicación pueda despegar por completo.
La presidencia luxemburguesa de turno de la UE quiere lograr mañana que las delegaciones nacionales se comprometan a comunicar a más tardar a mediados de noviembre su capacidad inmediata de acogida de refugiados, indicaron a Efe otras fuentes europeas.
Los ministros también discutirán mañana qué hacer con los inmigrantes que no quieren ser identificados a su llegada a territorio comunitario por miedo a que les trasladen a un país de la UE al que no quieren ir, uno de los principales problemas que dicen encontrar los Estados miembros de entrada.
“Sin registro, no hay derechos”, recalcó el presidente del CE, Jean-Claude Juncker, la semana pasada ante el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo.
La realidad es más complicada que eso, reconocen fuentes comunitarias.
Por un lado, los Estados miembros sí tienen la obligación de respetar algunos derechos básicos de los refugiados, como el llamado “principio de no devolución” que impide devolver a una persona a un país donde su vida o su libertad peligren, aunque es cierto que los demandantes no pueden elegir, por ejemplo, su país de destino.
Por otro, no se puede tratar de la misma manera a un potencial refugiado que a un inmigrante irregular que no cumpla los requisitos para recibir protección internacional, por lo que insistir en la identificación es clave para distinguirlos.
Mientras su situación se aclara, hay que decidir cómo proceder en la práctica, intentar acelerar el proceso y recurrir a la detención sólo como último recurso y durante un periodo máximo de 18 meses para ambos casos, según prevé la normativa comunitaria.
En este contexto, los países explorarán también la opción de crear centros de procesamiento de demandas de asilo en países de la ruta de los Balcanes, que pese a no ser puntos de entrada en la UE, en la práctica soportan una creciente presión de refugiados.
Precisamente en relación a los países de la ruta de los Balcanes, el encuentro de mañana dará la oportunidad de “traducir a 28” las decisiones adoptadas en la minicumbre del pasado 25 de octubre, y de analizar si conviene desplegar equipos de intervención rápida en frontera en alguno de los puntos más presionados.
Los Estados miembros también dedicarán parte de la reunión a identificar nuevas fuentes de financiación ante la crisis de refugiados, puesto que de los 2.800 millones de euros que prometieron aportar, por el momento solo se han concretado 520 millones.
Los ministros tienen previsto aprobar un texto de conclusiones que se centrará en el que además de la aceleración del proceso de reubicación se hará también referencia al refuerzo de las fronteras exteriores de la UE, la lucha contra las redes de tráfico de personas y la política de retorno.
La cita se produce justo antes de la cumbre de líderes de la UE y de África, que tendrá lugar en Valeta los próximo miércoles y jueves, seguida de una cumbre informal de los Veintiocho.