Los grupos municipales despidieron ayer el mandato para entregarse a la campaña electoral de las municipales y lo hicieron en un clima de cordialidad que confirma el oasis político que caracteriza Terrassa. Los concejales se despidieron entre bromas y abrazos, aunque sin descuidar que el futuro gobierno de la ciudad está en el aire y que cualquier combinación requerirá de un esfuerzo en la negociación.
Todos apelaron al consenso, sin olvidar que a partir de esta noche prima la rivalidad. En el tramo final del pleno, el alcalde Alfredo Vega dejó claro que quiere "continuar, por el bien de la ciudad". Desde la oposición, TeC, PDeCAT, ERC-MES y la CUP recordaron que todo está por decidir y apelaron a "un cambio de gobierno" después del 26M.
Sin límites
Durante la sesión plenaria, el Consistorio aprobó la modificación del Plan de Ordenación que convertirá el futuro polígono industrial de Els Bellots II en un parque de industrias de gran tamaño y/o logísticas. El trámite salió adelante con los votos de PSC, PDeCAT, Ciutadans y PP, con el no de la CUP y la abstención de TeC y ERC-MES.
Ambos grupos formularon una enmienda al dictamen, proponiendo que se limite al 50% la implantación de logísticas en el polígono, pero la propuesta no prosperó.
Ya en el debate del expediente Manuel Jiménez, teniente de alcalde de Desarrollo Económico, Industrial y Ocupación, defendió el proyecto. "Eran 950 metros cuadrados encallados por la crisis", dijo, que generarán "más de 4.300 puestos de trabajo directos y más de mil indirectos", empleos que "encajan en el perfil del paro estructural que padece la ciudad".
Jiménez elogió a la junta de compensación de Els Bellots II, presente en el pleno, por su "modernidad, mentalidad abierta y sus ganas de hacer bien las cosas" y vaticinó que el nuevo polígono permitirá "proyectar la imagen de que Terrassa es una ciudad facilitadora de la actividad económica".
Álex Rodríguez, del PP, celebró la oportunidad de modificar un POUM "pre-crisis para adaptarlo a una realidad post crisis", y David Aguinaga, de Cs, celebro el "ejemplo de concertación. Tendremos un polígono del siglo XXI", dijo.
El PDeCAT también se sumó al apoyo, aunque desde la crítica por el retraso del expediente. El reproche le valió la réplica del PSC, que recordó al soberanista Miguel Sàmper que fue él quien lideró, como responsable de Desarrollo Económico hasta 2017, las primeras negociaciones con los promotores.
Contradicción
Desde la oposición, TeC y ERC-MES defendieron la intervención pública en el proyecto y cuestionaron el protagonismo de las logísticas. Porque "entra en contradicción con el Pla de Desenvolupament Industrial de 2005" y porque el sector lleva "a la precarización laboral". "Terrassa no debe aspirar a ser el almacén de Barcelona", dijo el portavoz de TeC Xavier Matilla, que pidió "visión y estrategia" en el futuro debate del plan parcial.
ERC-MES recordó que "es la industria la que genera empleo" y la CUP, que votó no, pidió un nuevo POUM que rompa con el modelo "burbuja" y potencie la industria "en trama urbana y apegada a las necesidades del territorio".
