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B-40: más retrasos

De los catorce kilómetros del tramo que debe unir Abrera y Terrassa de la B-40, la autovía orbital, están pendientes de que entren en funcionamiento 6,2 kilómetros del sector central que, según previsiones de la patronal egarense Cecot, no estarán listos hasta mediados del 2021 y no en octubre de este año, como está previsto por el Gobierno central, en lo que será un nuevo “incumplimiento en los plazos”. Para Antoni Abad, presidente de la patronal Cecot, es “intolerable un nuevo retraso y nos consta que, si no hay otros problemas, por los escasos dos kilómetros de obra que faltan en poner en funcionamiento, todo el tramo no estará acabado este año sino que se alargará hasta mediados de 2021. Entendemos que es necesaria una gran movilización social, empresarial y la también la implicación de los consistorios afectados”.

La Cecot recuerda, en un comunicado, que la Ronda del Vallès en este tramo Abrera-Terrassa generaría un impacto macroeconómico positivo de 252 millones de euros en Catalunya. Y su puesta en funcionamiento vendría a suponer un “ahorro de casi 24 millones de euros anuales en el ámbito de la movilidad. “Catorce años para ejecutar catorce kilómetros de carretera supondría que, a razón de un kilómetros por año, si se tuviera que hacer una carretera desde Terrassa hasta Cádiz se necesitarían 1.123 años para tenerla terminada”.

Adaptarse al entorno
“Desde 1966 cuando el Plan Director Territorial del Área de Barcelona incluía por primera vez la Ronda Vallès (B-40) hasta el día de hoy ha llovido mucho”, afirma Antoni Abad, presidente de la Cecot, “tanto, que es comprensible que un proyecto inicial, concebido en base a un contexto y un entorno socioeconómico y político determinado, haya tenido que irse adaptando en el tiempo. Ahora bien, estamos hablando de 53 años desde que se habló por primera vez de la necesidad de una Ronda Vallès y que en la Cecot llamamos la eterna infraestructura inacabada, sólo por detrás de la Sagrada Família de Gaudí (1882)”. El estudio que ya hizo público la Cecot en febrero de 2017, elaborado por el Institut Cerdà, pone en evidencia que el impacto macroeconómico del tramo de la B-40 entre Abrera y Terrassa acabado supondría un ahorro de 24 millones de euros anuales. “Ahora ya llevamos cerca de diez años de retrasos así que los incumplimientos en el plazo de finalización están añadiendo un sobre coste a la infraestructura de 240 millones de euros”, afirma Abad.

Por otra parte, según el informe técnico, la finalización de este tramo tendrá un impacto macroeconómico positivo de 252 millones de euros en Catalunya y los efectos de la infraestructura en el Estado se sitúa entre los 364 y los 427 millones. Además, el informe técnico detalla que la ejecución de la obra supondría un ahorro anual de cerca de 24 millones, teniendo en cuenta gastos externos e internos, y el hecho de que cada día transitarían por la vía más de 2.500 vehículos pesados. A criterio de la Cecot, esta infraestructura contribuye, además, a hacer una red más sostenible por el aumento de la fiabilidad y la eficiencia; y la reducción de la congestión y los accidentes”. Según el Instituto Cerdà, se reducirían en 6.700 toneladas las emisiones de CO2 al año. Las empresas consideran la Ronda del Vallès como un conector y articulador de la movilidad entre comarcas y territorios y no únicamente como una infraestructura de paso. Y es por esta visión de vertebración del territorio que los representantes empresariales y sociales creen necesario que los líderes municipales y los grupos políticos prioricen el impulso de la Ronda del Vallès, ya que hay existe un amplio consenso en la necesidad de finalizar este tramo.

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