La Cambra Oficial de Contractistes de Catalunya (CCOC) prevé que este año la licitación de obra pública en Catalunya vuelva a frenarse tras un 2018 de estancamiento, al sumar 1.671,2 millones, un 0,9 % más. En cuanto a la construcción residencial, la entidad sostiene que puede “moderarse un poco” por la entrada en vigor de la normativa que obliga a destinar el 30% de una promoción inmobiliaria a vivienda protegida en Barcelona. En conjunto, augura un 2019 “gris oscuro” tras un 2018 que también está “lejos de la recuperación”. En términos de PIB, el sector de la construcción creció en 2018 un 4,7% en comparación a 2017 y generó 16.400 nuevos empleos, si bien continúa en valores notablemente inferiores a la media histórica de los últimos 20 años, considera esta cámara.
Esta corporación hizo ayer balance de la situación del sector en 2018 y de las perspectivas para 2019, y el diagnóstico es que 2019 será un año de “parón” o incluso de “freno” de la licitación en Catalunya por la ausencia de presupuestos tanto en esta comunidad como en el conjunto del Estado. El presidente de esta cámara, Joaquim Llansó, explicó que la proximidad de las elecciones municipales hizo que en 2018 los ayuntamientos coparan 1.062,6 de los 1.671,2 millones licitados en 2018 en Catalunya, mientras que la Generalitat licitó obra pública por 356,1 millones y el Estado por otros 252,5 millones. En comparación a los volúmenes de 2017, la licitación de la administración local creció un 3,76%, la de la Generalitat cayó un 13,9% y la del Estado creció un 15,9%, si bien Llansó remarcó que los niveles de licitación de la administración estatal y la autonómica están muy por debajo de las necesidades de la economía catalana. “Es preocupante el nivel de licitación de obra pública en Catalunya”, dijo Llansó, que espera que el parón inversor no se extienda a 2020.
A pesar de los malos augurios, el balance del primer trimestre de 2019 todavía es positivo en materia de obra pública, ya que las licitaciones de las tres administraciones (estatal, autonómica y local) sumaron 462 millones en Catalunya, un 18,5% más que en los tres primeros meses de 2018. Sin embargo, pasadas las elecciones municipales del próximo mes de mayo, los contratistas creen que habrá un “frenazo importante” de la licitación municipal que difícilmente podrán compensar tanto el Estado como la Generalitat.
La planificación
“Como no se aprueben los presupuestos (en Catalunya y en España), la previsión de licitación será exigua este año”, dijo Llansó, que pidió que la planificación de la obra pública quede al margen de los calendarios electorales y se haga a largo plazo. Llansó comentó que la red de carreteras del Estado español tiene un déficit inversor de 7.200 millones de euros y que el patrimonio del Estado en esta materia es cada vez menor, porque se deprecia. Plantean apostar por fórmulas de colaboración público-privadas o por introducir cánones que permitan que el sector privado supla la menor inversión pública.