A lo mejor su tránsito por allí hubiera pasado inadvertido a los policías que por allí también circulaban si él, si el ciclista, hubiera mantenido la calma. Pero no. Fue ver a los agentes y hacer una maniobra evasiva. Y lo pararon, y lo detuvieron. Llevaba seis dosis de cocaína y varias pastillas de Viagra.
La dotación de la Policía Municipal patrullaba por la calle de Almería, en Ègara. Eran las 3.30 de la tarde del viernes cuando los agentes observaron a un ciclista, una presencia nada anormal en la vía pública. Lo anormal fue la reacción del ciclista, aquel proceder, aquel giro que escamó a los guardias y los movió a interceptar a aquel individuo de tan sospechosa actitud.
Le pidieron la documentación. Y lo cachearon. Portaba dinero, unos 140 euros, y algunas cosas más, y algunas de esas cosas fueron su perdición en aquel momento. Los agentes le encontraron tres pastillas azules de citrato de sildenafil. De Viagra, del fármaco vasodilatador usado por muchos hombres para la disfunción eréctil. Y le hallaron seis dosis de estupefaciente, supuestamente cocaína.
Del cacheo pasó al coche patrulla. Estaba detenido como presunto autor de un delito contra la salud pública, de tráfico de drogas. Los guardias informaron al sospechoso de sus derechos y lo trasladaron a la Jefatura para la instrucción de diligencias penales. El implicado, con antecedentes policiales por casos similares, ya está en libertad con cargos.
