El pederasta confeso de la escuela barcelonesa Maristes de Sants, Joaquín Benítez, ha pedido perdón a las víctimas a la salida de la Audiencia de Barcelona, que desde hoy lo juzga por haber abusado sexualmente de cuatro alumnos, y ha asegurado que “había más” docentes implicados en los hechos.
Benítez ha salido del Palau de Justicia tal y como ha entrado, con el rostro cubierto por un pasamontañas, y ha señalado a los medios de comunicación que mañana hablará sobre el grado de conocimiento que los Maristas tenían sobre los hechos.
El exdocente ha pedido perdón a las víctimas y ha achacado su actitud a haber sufrido también abusos en su pasado, por lo que -ha indicado- “tenía la actitud normalizada”.
He relatado que cuando era adolescente vivió “un infierno” que se convirtió en “una conducta instaurada y normalizada” que revivía cuando conducía a los alumnos a su despacho por molestias físicas.
“Instintivamente lo veía como un comportamiento normalizado”, ha explicado.
No obstante, ha insistido: “desde 2011, he sido una persona impecable y soy un hombre nuevo, me quité toda esa porquería de la cabeza”.
Benítez ha pedido perdón a las víctimas y a sus familias, pero también ha señalado que es decisión de cada uno “vivir toda la vida como víctimas”.
Durante la primera sesión del juicio, que celebra la sección 21 de la Audiencia de Barcelona, dos mossos que investigaron los abusos perpetrados por el exprofesor han explicado al tribunal que el centro se resistió a facilitarles información sobre el acusado, tras la primera denuncia presentada contra él.
La Fiscalía acusa a Benítez, pederasta confeso, de haber abusado sexualmente de cuatro alumnos menores cuando era profesor de educación física, y pide para él una pena de 22 años de cárcel y 14 años de inhabilitación.