El reloj marcaba la una de la tarde en la plaza de Can Baldiró de Matadepera. A esa hora empezaba la cuenta atrás para ver a los mejores grimpaires del pino plantado en medio del espacio que lucía brillante porque le acariciaba el sol. A su alrededor, centenares de personas, la mayoría matadeperenses, reunidos allí para asistir al acto más atractivo, si cabe, del segundo fin de semana de las Festes de Sant Sebastià.
Eric Riba, uno de los favoritos, se preparaba a conciencia para cumplir con el reto. Este año, el pino medía 23 metros y la grimpada hasta tocar el jamón era de 18 metros. Riba abrazó el tronco descalzo, como casi siempre, y en un abrir y cerrar de ojos alcanzó con la mano el jamón que colgaba bajo la copa. Tiempo empleado: 29 segundos. Sólo que nos hubiéramos despistado un poco, con una llamada de teléfono, por ejemplo, ni lo vemos. Su rapidez, su habilidad, su seguridad y su destreza hacen de su hazaña todo un espectáculo deportivo, que muchos de los presentes inmortalizaron con su cámara digital en el móvil y aplaudieron con mucho entusiasmo.
Victorias
Riba recuperó el título de ganador del concurso de grimpaires, después de un año de ceder el relevo a Jordi Autonell, que no participó porque tenía la gripe. El joven matadeperense fue también el primero en las ediciones que van desde 2014 a 2017, por lo que ya acumula cinco victorias en el certamen (cuatro seguidas) y todo hace pensar que habrá más.
Riba cerró con su magnífica exhibición y con su título de ganador del tradicional concurso que en esta edición contó con 40 participantes, un número similar al del año pasado. Decir que, además, de euforia, hubo emotividad, especialmente cuando subió Jaume Canals, tras Riba y fuera de certamen. Jaume, ataviado con “barretina, faixa y espardenyes”, es uno de los históricos que subió al pino cuando la fiesta fue institucional a partir de 1970 y a pesar de los intentos nunca ha podido culminar su anhelo. Tampoco esta vez. “Una rendición a tiempo es una victoria”, se escuchó desde la mesa de la Germandat, mientras Jaume tocaba firme y sonreía.
Carles Nuñez, con 37 segundos, y Ferran Garcia con un minuto y un segundo cerraron el podio. En la absoluta femenina, Maria Amat volvió a proclamarse campeona por segundo año consecutivo con dos minutos y quince segundos. Le siguió Carla Forn con tres minutos y ocho segundos, que también repitió posición con respecto al año pasado y Montse Mollet, con tres minutos y 23 segundos. En categoría de 10 a 15 años mixta, la ganadora fue Carla Viñas, con tres minutos y 45 segundos.
Todos ellos subieron al escenario para recibir el merecido premio de manos del presidente de la Germandat, Guillem Montagut, y de la la concejal Carme Querol, que sustituyó a la alcaldesa Mireia Solsona, quien no pudo asistir porque que tenía otro compromiso. Durante la grimpada, como es habitual, la Germandat ofreció el “caldo de Sant Sebastià” y una degustación de “menuts de porc”, para aminorar el frío. Cabe decir que los miembros de la entidad se dejaron la voz animando a los participantes y a los espectadores para que estos traspasaran todo su aliento a los que desafiaban el tronco y su altura.
Respecto al resto de actividades del fin de semana, tuvieron que suspenderse a causa de la lluvia la procesión y el pasacalle del domingo, así como el Ball de Gegants, el Ball del Tortell y las sardanas que venían a continuación. Con todo, la alfuencia de público el fin de semana fue elevada, explicaron ayer fuentes de la Germandat de Sant Sebastià. Y pusieron como botón de muesta las 500 personas que acudieron el viernes por la noche a ver el espectáculo “En Peyu i en Dani”, en el pabellón, o las 400 que asistieron al concierto de Sant Sebastià y al homenaje que se brindó luego a diferentes miembros de la Germandat, el día de antes en el mismo emplazamiento. Los festejos continuaron ayer, día festivo en Matadepera, y finalizaron por la noche con la retirada del pino.