Terrassa

Repaso al papel de las anarquistas en el feminismo español

El Arxiu Comarcal del Vallès Occidental i Arxiu Històric de Terrassa acogió este miércoles el primer acto de un pequeño ciclo de actividades organizado por Memoria Libertaria, el grupo de trabajo de la CGT para difundir la memoria histórica relacionada con el movimiento libertario. La historiadora Laura Vicente ofreció la conferencia “Història en femení: dones anarquistes (1870-1980)”, en la que repasó la trayectoria de las mujeres en el movimiento anarquista español desde el siglo XIX hasta la Transición.

“En el siglo XIX, la inferioridad de las mujeres venía dada por unas leyes que establecían el dominio masculino y la desigualdad femenina y unos mecanismos culturales de control social informal. La mujeres tenían restricciones para poder acceder a la propiedad, a la educación y al trabajo. Además, desde el punto de vista jurídico, la mujer era una eterna menor de edad; dependía del hombre, su padre, su marido o su hijo mayor, que la representaba en el espacio público “, empezó explicando Vicente.

“La Segunda República acabó con estas leyes que asentaban esta subordinación de la mujer pero el Franquismo hizo marcha atrás”, destacó la historiadora, que señaló que “la mujer en España solo lleva 40 años viviendo en un país con leyes igualitarias”.

Por otro lado, Vicente también recordó el discurso de la domesticidad y una forma de entender la feminidad que “aún está presente hoy”. “La mujer tenía que tener comportamientos de ternura, abnegación y dedicación a los otros frente la razón, el interés propio y la individualidad del hombre”, detalló.

Aun así, en 1830 ya surgieron voces discrepantes de mujeres vinculadas al socialismo utópico. Más tarde, esta corriente fue derivando hacia el republicanismo, con mujeres que “centraron sus críticas en destruir los pilares de la institución matrimonial, que plantearon una nueva forma de entender las relaciones amorosas basadas en la libertad y la autonomía conseguida, sobre todo, a través del acceso a la educación y al trabajo” y cuestionaron a la Iglesia católica.

Ya en 1870, “una parte de estas mujeres republicanas evolucionaron hacia el internacionalismo”. Aquí cabe destacar la figura de Guillermina Rojas Orgis, que en 1871 clamó en un mitin en contra de la familia y el matrimonio. Un poco después, Teresa Claramunt y Teresa Mañé fueron dos de las voces más destacadas del anarquismo español femenino. Mientras que la primera participó activamente en la constitución de organizaciones de mujeres trabajadoras, la segunda era partidaria de organismos mixtos. Ambas criticaban el arquetipo femenino y defendían un feminismo social basado en el acceso a la educación y el trabajo y la idea de que la naturaleza femenina es diferente a la masculina pero esto no se debe traducir en una subordinación de la mujer.

Agrupaciones
En 1936 nació la revista “Mujeres libres”, liderada por Lucía Sánchez Saornil, Amparo Poch y Mercedes Comaposada, y agrupaciones de mujeres con el mismo nombre en Madrid y Barcelona, que defendían el feminismo social, responsabilizaban al hombre de la inferioridad de la mujer y centraban su defensa en el acceso a la educación y el trabajo y la igualdad en el ámbito doméstico.

El Franquismo cortó de raíz con este movimiento feminista pero en la Transición, mujeres anarquistas exiliadas entraron en contacto con jóvenes feministas libertarias y aparecieron nuevos núcleos y grupos feministas de ideología libertaria.

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