Fue una fiesta peculiar, con lo lúdico como excusa para la ironía crítica. Padres y madres de alumnos de la Escola La Roda, de Sant Pere, "celebraron" el viernes el medio año transcurrido desde que el suelo cedió en un tramo del Pla de la Font de l’Apotecari. Allí, junto a una farola, a unos metros de una de las entradas y salidas del cole, se abrió un socavón tras un episodio veraniego de lluvias. Y allí sigue el agujero, circundado por vallas. Los padres de alumnos denuncian que han cursado unas cuantas instancias ante el Ayuntamiento (no menos de siete), "sin haber recibido respuesta". Por eso decidieron realizar una protesta lúdica.
El tramo hundido "supone un evidente peligro con el paso de más de doscientos niños y niñas cada día", argumentan. El viernes por la tarde reunieron a unas cien personas en la conmemoración de denuncia, marcada por el carácter festivo, por aquello de al mal tiempo buena cara. Una forma de llamar la atención con estilo. Se repartieron octavillas y se pusieron globos. E incluso se soplaron las seis velas correspondientes al tiempo que lleva el suelo en ese estado de deterioro. Los participantes en la fiesta cantaron el "Cumpleaños feliz". El pastel con las velas encendidas era modesto: una ensaimada.
"Hace mucho tiempo que se suceden las quejas", comenta Adam Lang, vecino y padre de la escuela. Incluso en el último pleno municipal salió el asunto a colación. En el apartado de ruegos y preguntas lo expuso la concejal Anna Rius, de Terrassa en Comú (TeC). El teniente de alcalde de Urbanismo, Marc Armengol, respondió que no le constaba esa incidencia, y añadió que daría cumplida respuesta a la edil por escrito.
Este diario publicó la noticia del socavón el 15 de septiembre. Una farola del Pla de la Font de l’Apotecari, frente al número 19 de la calle de Joan Artigues, estaba rodeada de vallas para evitar que los peatones pisasen sus aledaños, pues el pavimento presentaba un agujero y el suelo estaba agrietado a su alrededor. Se antojaba arriesgado pisar allí. Se vislumbraba un gran hueco en el subsuelo. Esa podría ser la razón, apuntan vecinos, de que el Ayuntamiento aún no haya reparado ese tramo. Posiblemente la reparación sea más trascendental de lo pensado. Posiblemente pase justo por allí un colector. Así es.
El mismo viernes, por la mañana, vecinos y transeúntes vieron a unos técnicos inspeccionando la zona. El área delimitada por las vallas es de unos nueve metros cuadrados. Lleva así desde el verano pasado. Cuando menos, seis meses que vecinos y padres de alumnos de La Roda han querido "celebrar" con una fiesta singular.
Los colectores y las lluvias
En el tramo afectado hay dos colectores, uno superficial y otro más hondo, a unos veinte metros de profundidad. El Ayuntamiento asegura que en julio, poco después del hundimiento, ya intervino con una primera inspección del alcantarillado. Unos operarios revisaron con cámaras el colector superficial y no detectaron ninguna anomalía. Después, los equipos de actuación intentaron acceder al colector más profundo desde la avenida de Jaume I, pero no pudieron llegar a la conexión entre ambos tubos.
La siguiente intervención municipal está prevista para finales de enero próximo, cuando los operarios tratarán de acceder de nuevo al segundo colector, el instalado a veinte metros. Las lluvias han dificultado las operaciones, según advierte el Consistorio. En enero, además de la inspección del tubo, se llevará a cabo la obertura del socavón para analizar el estado del subsuelo justo en el Pla de la Font de l’Apotecari y determinar qué acción de reparación ejecutar en el sector, resultado de la urbanización de lo que era el lecho de un torrente con una fuente. El gobierno municipal apunta la hipótesis de que las lluvias hubiesen provocado un movimiento de tierras.