Al Terrassa FC se le ha reprochado, a menudo, una falta de valores futbolísticos que nacen desde la emoción. Se le ha entendido como un equipo demasiado pendiente de la estética y de las formas, huidizo en los partidos de músculo y pierna fuerte donde ha acostumbrado a fracasar. Inmerso en una involución de su personalidad en la que está ganando peso el fútbol más vertical, la búsqueda del gol a través de caminos menos enrevesados y la mejora del sistema defensivo, el domingo, en Granollers, completó uno de los partidos más irreprochables de los últimos tiempos en facetas como el esfuerzo, la solidaridad, el coraje o la emoción. Cambió la lírica por la épica para disputar 70 de los 90 minutos con un futbolista menos. Y salió victorioso a pecho hinchado, emocionalmente sobrexcitado por la demostración realizada y cada vez más consolidado como aspirante a la promoción de ascenso, objetivo innegociable de esta temporada.
Los de Cristian García fueron mejores en todos los registros que les demandó un partido cuyas exigencias fueron variando de forma paulatina. El técnico egarense repitió alineación por primera vez desde que se sienta en el banquillo y la puesta en escena de su equipo ante un Granollers de formidable trayectoria resultó impecable. Arrancó dispuesto a ser protagonista, a implantar su jerarquía en el terreno de juego, a no conceder tiempo de posesión a un rival que se incomoda sin el balón. Y en cinco minutos se puso por delante en el marcador, gracias a un penalti que se fabricó ese modélico delantero que es Sergi Arranz, "Pichichi" ya del grupo con nueve goles y retrato perfecto de lo que es hoy en día este Terrassa inconformista dispuesto a comerse la Liga. Él mismo transformó la pena máxima para dibujar un escenario inmejorable, muy distinto al que los técnicos del Granollers habrían pintado en la pizarra.
Exhibición defensiva
Pero si con once jugadores el Terrassa fue mejor (Arranz volvió a poner en aprietos a la defensa local con otra acción en el minuto 14), con diez su exhibición defensiva y física resultó memorable. El árbitro expulsó en el minuto 19 a Àlex Fernández por doble amonestación, después de una entrada desmedida del egarense en el centro del campo. Hubo toque de corneta porque aquello tenía pinta de partido emocionalmente exigente, pero el Terrassa no fue sólo espíritu. Cristian reaccionó tácticamente dando entrada a Yaya por Balboa, ordenando una defensa con tres centrales y dando recorrido a Guti y a Dani Sánchez en las bandas. Y a partir de eso, a partirse la camiseta en cada balón. Al Terrassa se le jaleó cada disputa ganada, cada balón robado, cada carrera superada. Porque en ese estilo, festejado por desacostumbrado, radicó la clave de su victoria.
Al Terrassa se le vio cómodo en ese escenario. Superlativo en lo colectivo, en lo individual futbolistas como Carreón, Guzmán o Arranz destacaron de forma excepcional. El Granollers chocó contra un muro y los egarenses no sólo mantuvieron la ventaja, sino que la aumentaron en el minuto 31, otra vez gracias a Arranz que remató blando un buen centro de Dani Sánchez, pero el balón se le escapó de las manos Álvaro propiciando el 0 a 2. Por si el funcionamiento del equipo no fuese ya de por sí perfecto, la aparición de Ortega en el minuto 33, rechazando un remate de Martí Soler en un córner que se colaba, acabó de conformar una realidad inmejorable. A tres minutos del descanso, Kilian generó la segunda ocasión de gol del Granollers, pero su remate salió ligeramente desviado.
El Terrassa se empeñó en dar la razón al mago Helenio Herrera, quien acuñó la célebre frase de que con diez se juega mejor que con once, un discurso motivacional para socorrer a quienes deben hacer frente a esta adversidad que acostumbra a ser decisiva. Y se agarró al partido en el comienzo de la segunda parte con más fuerza que nunca. Porque el Granollers le apretó las clavijas de forma insistente, con un fútbol, ahora sí, más vertical que elevó el grado de exigencia. Durante veinte minutos el sufrimiento de los egarenses se multiplicó, arremolinados en el área sacando cada balón que allí llegaba. Kilian fue el futbolista más peligroso del Granollers en ese tramo, con un disparo bien despejado por Ortega, en un balón descolgado que no pudo rematar y en un remate demasiado cruzado.
El tercero
Al Terrassa le aguantaron los pulmones. Y empezó a incomodar a su rival con algún contragolpe interesante, fruto del aire renovado que incorporaron Imaz y Serramitja. Carreón, cuyo partidazo no puede pasar desapercibido, inquietó a los del Vallès Oriental con dos remates interesantes (el segundo tocó en Joel Cañaveras y no acabó en gol por la gran parada de Álvaro). El registro del partido había cambiado de nuevo y el Terrassa obtuvo recompensa a su atrevimiento con un tercer gol, esta vez a cargo de Sergi Valls a la salida de un córner. Fue la estocada definitiva al Granollers y el premio para un Terrassa que pudo haber hecho el cuarto en una jugada monumental de Yaya, que corrió desde su área hasta la rival para entregar un mal balón a Serramitja cuando lo fácil parecía culminar su obra de arte.
EC Granollers, 0
Terrassa FC, 3
EC Granollers. Álvaro, Eloi, Guillem, Kilian, Riki, Civil, Pau, Martí Soler, Joel Cañaveras, Joel Sánchez y Sergi Pastells. Albert suplió a Joel Sánchez en el minuto 55; y Capa a Eloi en el 79.
Terrassa FC. Ortega, Dani Sánchez, Sergi Valls, Pallàs, Guti, Guzmán, Àlex Fernández, Carreón, Daisuke, Arranz y Balboa. Yaya sustituyó a Balboa en el minuto 27; Imaz a Daisuke en el 65; y Serramitja a Arranz en el 70.
Árbitro. Alejandro Fernández. Amonestó a Eloi, Kilian y Joel Cañaveras, del Granollers; y a Arranz, Serramitja y Yaya, del Terrassa. Expulsó a Àlex Fernández en el minuto 19 por doble amonestación
Goles. 0-1, minuto 6, Arranz, de penalti; 0-2, minuto 31, Arranz; 0-3, minuto 77, Sergi Valls.