La preocupante crisis social y deportiva por la que atraviesa el Isur Ciutat de Terrassa, primer club de fútbol sala de la ciudad, parece estar en vías de solución. La primera medida que ha tomado la junta directiva ha sido colocar como entrenador a Paco Arjona en sustitución de Toni Torres, que comenzó esta temporada después de que la junta destituyera al técnico que consiguió el ascenso, Raúl Serrano.
El equipo es colista con solamente cinco puntos y un pobre balance de un triunfo, dos empates y ocho derrotas. Pero su problema no son sólo los malos resultados. Seis de los catorce integrantes de la plantilla han decidido marcharse, la mayoría de ellos al Vacarisses. Han dejado el club el portero Òscar Campa y los jugadores Dani Hernández, Carlitos Reche, Toni Chevarría, Lucas dos Santos y Carlos Fernández. El equipo se ha quedado con dos porteros y seis jugadores. Este domingo recibirá en casa al penúltimo, el Barceloneta.
Apuesta arriesgada
El vicepresente Ismael Barba contactó el fin de semana con Paco Arjona, que había colaborado la temporada pasada con el club, para intentar reconducir la situación. "Buscaban un entrenador y al final he acabado siendo yo", explica el ex portero egarense, que tras jugar varios años en la élite desempeñaba esta temporada las funciones de entrenador del Nou Pou Escorial, un equipo de Primera División femenina de Sabadell del que se marchó la semana pasada. "Veo opciones de salvar a este Isur y por eso he aceptado el reto. He encontrado al equipo muy tocado anímicamente, pero estoy seguro de que vamos a sacar esto adelante", apunta.
Uno de los aspectos que más le preocupa es la imposibilidad de fichar a jugadores. "Querría recuperar a los que se fueron, pero el reglamento lo impide. El mercado está complicado y mi intención es dar oportunidades a la gente del filial", apunta el ex delegado del Barça, que tendrá como ayudante en el Isur al también egarense Ramon Farré y como delegado y fisioterapeuta a Enrique Fernández.