El consejo de administración de la empresa pública Terrassa Cicle de l’Aigua, EPEL, encargada de gestionar el suministro a partir del 10 de diciembre, dio el visto bueno ayer a parte de los dictámenes previos al cambio de modelo de gestión y dejó para el próximo martes, 4 de diciembre, algunos contratos de servicios sujetos a últimos ajustes técnicos y económicos .
La reunión duró en torno a una hora, en la que se acordó posponer los dictámenes pendientes y aprobar las bases y criterios que regirán en concurso público para la cobertura de la gerencia de la EPEL. Está previsto sacarla a licitación en las próximas semanas.
El consejo de administración también dio vía libre ayer a cuatro contratos relacionados con obras y mantenimiento, averías y conexión a la red pública.
El traspaso de Mina, concesionaria desde 1941, de la gestión del agua en la ciudad a la empresa pública culminará el próximo 10 de diciembre. El día 9 se cumplen los 75 años de concesión privada y los dos años de prórrogas forzosas impuestos por la administración.
Antes de esa fecha, el pleno deberá dar luz verde esta tarde a varios trámites de contratación y el consejo de administración de la EPEL tendrá que aprobar los contratos pendientes. Parte de la documentación que autoriza la EPEL deberá ser ratificada también por el alcalde vía decreto.
La recta final hacia el cambio de modelo de gestión del agua en Terrassa, que se erigirá en una de las primeras grandes ciudades de España en apostar por la gestión directa, se ha enmarcado en un clima de acuerdo entre el Ayuntamiento y Mina, después de un periodo marcado por la tensión y la judicialización del proceso.
El Ayuntamiento ha optado por contratar temporalmente a la concesionaria como empresa de servicios durante el periodo de transición hasta que la EPEL consolide su labor como gestora pública.
La nueva empresa del agua, que operará bajo la marca Taigua, tendrá sus oficinas de atención al público en el mismo edificio de la calle Societat donde Mina ha prestado sus servicios durante casi ocho décadas. La administración alquilará los locales a la compañía y cambiará el rótulo. Los usuarios apenas notarán el relevo, puesto que incluso el personal que les atenderá, que se subrogará a la EPEL, será el mismo.
Mina acompañará a la nueva sociedad pública en el proceso de migración de datos y en el mantenimiento de los sistemas. Actuará como proveedora de servicios en las tareas de mantenimiento, averías y la conexión con la red pública, así como en la lectura de contadores.
El acuerdo incluye la contratación del Laboratori d’Anàlisi Ambiental de Mina y la compra del 10% del caudal de agua que consume de Terrassa, que hoy procede de los pozos de la compañía situados en el centro de la ciudad y en Can Parellada.