Una semana después de que el Ayuntamiento de Terrassa y Mina hicieran público un principio de acuerdo para el traspaso tranquilo de la gestión del agua en la ciudad, tres de los partidos impulsores de la municipalización se reunieron ayer con la cúpula de la compañía para poner fin a las tensiones de los últimos tres años y encarar una nueva etapa "de relación cordial" entre las partes.
La reunión tuvo lugar a las 11 de la mañana en las dependencias municipales de la calle Pantano, donde se dieron cita por parte de la concesionaria el director general Josep Lluis Armenter y Marià Galí, presidente del patronato de la Fundació Mina. Por el lado municipal, junto al alcalde Alfredo Vega estuvieron presentes Marc Armengol, teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad y los portavoces municipales de TeC, Xavier Matilla, y ERC-MES, Isaac Albert.
El encuentro fue breve, no más de 20 minutos, pero sirvió para que los promotores de la municipalización y la concesionaria mantuvieran una reunión "privada, que no secreta", en la que políticos y directivos pudieron conversar "en un ambiente cordial" y generar el clima apropiado de normalidad entre las partes.
Durante el encuentro, ambos interlocutores ratificaron sus compromisos en la nueva etapa de colaboración abierta tras el acuerdo de la pasada semana. Mina reiteró su reconocimiento del cambio de modelo y de la nueva empresa pública Terrassa Cicle de l’Aigua EPEL y mostró su predisposición a un traspaso tranquilo de la gestión. Los políticos, por su parte, confirmaron la voluntad municipal de alquilar las dependencias, los ordenadores y el software de Mina, así como subrogarse un paquete de servicios.
"Después de un periodo de ‘guerra fría’ convenía este contacto físico", comentó ayer Xavier Matilla, para quien es muy importante que "se normalice la relación entre la concesionaria y el Ayuntamiento. Eso no quiere decir que vaya a haber acuerdo en todo, pero el encuentro es positivo para la ciudad". El político ha pedido "transparencia" en las negociaciones que ahora se abren y que concretarán los detalles del relevo en la gestión del agua.
Isaac Albert lamenta que la reunión de ayer "no se haya producido tres años atrás", lo que hubiera evitado la escalada de tensión y judicial que ha acompañado el proceso de municipalización de la gestión del agua . "Ha sido un encuentro privado, sin papeles, para mostrar la lealtad mútua y la voluntad de avanzar, defendiendo legítimamente cada uno sus intereses", explicaba ayer.
