Viajar y pintar son pasiones que van juntas en la vida y la actividad de la artista Maria Cinta Subirats (Tánger, 1949, terrassense desde 1963), que expone estos días en el Racó d’Art de la Granja Catalana una selección de óleos, casi todos testimonio de sus salidas por el mundo. Es posible, lo reconoce la propia pintora, que ambas sean producto de una infancia vivida en Tánger cuando esta ciudad era una zona internacional, administrada como un condominio de varios paises europeos y Estados Unidos, y por ello se convirtió en un lugar que atraía artistas, escritores y personajes de la cultura del mundo.
"Soy de Tánger, de familia española, y padre catalán. Era diplomático y siempre íbamos para aquí y para allá", cuenta Subirats. "Cuando se produjo la independencia de Marruecos, marchamos todos."
En la ciudad del mito
Toda una sorpresa: tenemos una artista terrassense que fue conciudana en Tánger -quizás se cruzó con ellos en sus calles- de Paul Bowles, William Burroughs (que allí escribió "El almuerzo desnudo"), Jack Kerouac, Brion Gysin, Allen Ginsberg, Francis Bacon, Tennessee Williams, Truman Capote y tantos otros grandes nombres del arte y la literatura del siglo XX (también de Joan Estelrich, padre del hijo secreto de Paulina Pi de la Serra, que llegó en 1949 para dirigir el periódico España), que hicieron de ese lugar y ese tiempo un mito cultural.
Lástima que lo fue solo en los primeros años de su vida. Cuando marchó de Tánger, Subirats "tenía 12 ó 13 años, aún era una cría". Pero recuerda bien que "era una ciudad internacional, donde había muchos, pero muchos, escritores y pintores, y esa famosa millonaria americana, Barbara Hutton. Era una cosa de la que hablaban la madre y los abuelos. Lo vivíamos todos, y desde la escalera veía la gente importante que allá se juntaba".
Entran ganas de ahondar más en esos recuerdos primerizos, pero ahora la artista es Maria Cinta Subirats, y estamos ante sus obras más recientes, de los dos últimos años. La selección se limita a una decena de obras, pero son suficientes para conocer su estilo pictórico, figurativo, realista, de formas muy marcadas y precisas y nada desdibujadas. "Intento siempre plasmar lo que veo", afirma. "Me gusta mucho ver las obras de los pintores del impresionismo, incluso he hecho alguna acercándome a ellos, pero siempre acabo regresando a la figuración". Un estilo desarrollado con colores "que no son los clásicos. Mi paleta es muy fuerte de colores, como soy yo".
De Canadá a Sant Llorenç
Así pues, en la Granja Catalana puede contemplarse estos días la orilla de un enorme lago canadiense, cercano a Ottawa, y también la plaza gallega de las Catedrales, "en la que el agua sube hasta un nivel muy alto", y también el río Neva, en el noroeste de Rusia. A Subirats le gusta pintar paisajes con agua. Pero ha captado asimismo la belleza de Os Ancares, las montañas mágicas entre Galicia y León, los hórreos de Asturias, y presenta incluso dos temas de Sant Llorenç del Munt. Y un olivo de Besalú. "Siempre que viajo hago bocetos, y en base a ellos pinto el cuadro en mi estudio."
Por motivos de espacio, se han quedado fuera cuadros más grandes, como uno de Dubroknik, que está entre sus favoritos y tiene colgado en casa. Y por coherencia, obras de otras temáticas, "porque a veces veo cosas interesantes que nada tienen que ver con el paisaje".
Maria Cinta Subirats participa cada año en la exposición colectiva de Amics de les Arts. Su anterior individual la realizó hace dos años en Barcelona.
Exposición: "Paisatges"
Artista: Maria Cinta Subirats
Lugar: Granja Catalana
Fechas: Hasta el día 27