El sector del taxi puso el miércoles fin a la huelga que ha paralizado durante días las grandes ciudades con una tregua hasta septiembre, cuando comprobará si el Gobierno cumple con los compromisos adquiridos. El problema, sin embargo, sigue latente en las ciudades del entorno metropolitano, que ahora temen una irrupción descontrolada de las flotas de Uber y Cabify en los servicios interurbanos.
El reglamento del Area Metropolitana de Barcelona, suspendido cautelarmente, regula la actividad de taxis y VTC (vehículos de alquiler sin conductor) en el interior de las ciudades, pero no afecta a los desplazamientos interurbanos, una actividad clave en la jornada de los taxistas de la segunda corona. Los trayectos de empresa , hotel y al aeropuerto son parte esencial de la agenda de los profesionales de ciudades como Terrassa, Rubí, Sabadell, Granollers o Martorell.
Tras el acuerdo del sector del taxi con el Gobierno, se espera ahora que las autonomías restituyan el equilibrio de un coche VTC por cada 30 taxis en las grandes ciudades. "La incógnita es cómo va a repercutir la aplicación del reglamento del Àrea Metropolitana en nuestro entorno -explica Miguel Ángel Gavilan, portavoz del sindicato Stac en Terrassa-. Nos tememos que la medida provoque una estampida de VTC hacia los servicios interurbanos, que quedan fuera de la regulación".
Los taxistas de las ciudades medianas se movilizarán las próximas semanas, especialmente durante la primera quincena de septiembre, justo antes de que el Gobierno cierre el nuevo marco normativo del sector. "Vamos a contactar con las emisoras de la comarca y del entorno de Barcelona para sumar fuerzas, y con los sindicatos de Barcelona". El objetivo es que la realidad del taxi de la segunda corona entre en la agenda política.
Desamparados
"Durante los últimos días hemos apoyado a los compañeros de Barcelona y ahora creemos que toca explorar una solución para el problema de los interurbanos -apunta Gavilán-. No pueden dejarnos desamparados".
Los 93 taxistas con licencia en Terrassa ven como los coches de Uber y Cabify han empezado a irrumpir en la ciudad con la vista puesta en los desplazamientos de empresa, hoteles y al aeropuerto. Durante muchos años el taxi ha convivido en relativa armonía con los coches VTC en la ciudad, donde la reciente irrupción de las nuevas plataformas "ha venido acompañada de malas prácticas, como la presencia de coches ocultos en los polígonos ‘a la caza’ de un cliente".
Los taxistas recuerdan que el reglamento de las VTC obliga a los coches a volver a la base tras cada servicio, les prohibe captar clientes en la calle y tener paradas de taxi. "Lo incumplen constantemente -denuncian-. De momento, Cabify ya tiene base en Sant Cugat y planea implantar una en Terrassa".
El equilibrio 1/30 implicaría 3 nuevas licencias VTC en la ciudad. La cifra "no preocupa a los taxistas, "lo que nos inquieta es que hay más de 3 mil licencias suspendidas que pueden salir en breve por mandato judicial" y que, con un reglamento restrictivo en Barcelona, los conductores de Uber y Cabify acaben aprovechando el vacío reglamentario en los desplazamientos interurbanos. "Son plataformas multinacionales con enormes logísticas frente a un colectivo pequeño como el de Terrassa", insisten.
Los taxistas han contado estos días con el apoyo explícito de Terrassa en Comú. El partido recuerda que la movilización responde al mantenimiento, por parte del TSJC, de la suspensión del reglamento del Àrea Metropolitana que exigía a Uber y Cabify que dispusieran de licencia local. "Son multinacionales que operan en un centenar de países, saltándose las regulaciones fiscales y laborales, son capital global, trabajo precario y explotación", afirma TeC, que pide que el reglamento de Barcelona se aplique "en todo el país. El progreso debe ser con derechos sociales y no con modelos neoliberales de precariedad y explotación".