La ciudad acaba de recuperar un documento del arquitecto Lluís Muncunill, justo cuando se cumplen 150 años de su nacimiento y su obra y figura es motivo de revalorización y homenaje. Se trata de la memoria del proyecto del Pabellón de enfermería para tuberculosos avanzados, bautizado como Victoria Eugenia, (el nombre se debe a la reina consorte de Alfonso XIII) que el arquitecto redactó en diciembre de 1927 y se construyó posteriormente en el recinto del Hospital de Sant Llàtzer-Casa de la Caritat. Esta unidad sanitaria se cerró con la Guerra Civil y con el tiempo se transformó en varios usos -siempre sociosanitarios- y actualmente su lugar está ocupado por el CAP Sant Llàtzer.
El proyecto descriptivo para esta unidad sanitaria ha llegado a manos de Santi Rius quien firma el blog "Records de Terrassa" desde hace unos diez años. Rius cuenta entusiasmado que es un documento "excepcional" e indica que "no puedo desvelar el nombre de la persona que me lo entregó porque acepté el compromiso de preservar el anonimato tal como me pidió".
El autor del blog le ha parecido oportuno compartirlo con Diari de Terrassa para que haga difusión, antes de depositarlo en el Arxiu Històric Comarcal del Vallès Occidental, que "es el lugar donde le corresponde estar para la preservación y consulta de la memoria histórica de la ciudad", remarca.
En el documento, Muncunill describe, a lo largo de cinco páginas, cómo será el pabellón para atender a los enfermos. Así, proyecta un edificio de unos 2.400 metros cuadrados distribuidos en dos plantas con acceso en la calle de la Riba y con capacidad para treinta personas, las cuales diferencia por sexos en igual número. En la planta baja distribuye un vestíbulo, un hall, una sala de visitas, un despacho para el médico, una sala de reconocimiento, un servicio de hidroterapia y una farmacia. Asimismo dota a la unidad de gabinetes de radiografía, microbiología y sueroterapia.
El arquitecto hace un relato también de cómo debe ser este edificio y qué materiales deben aplicarse. Considera que debe "huir de todo lujo" y precisa que "debe estar bien construido" y ofrecer una decoración interior de aspecto "sencillo, esbelto y limpio". Muncunill opta por un exterior con mampostería vista y ladrillo. También en el interior, donde explica que "los pilares se unirán en la parte alta por medio de arcos de mampuestos escogidos y se atirantarán con vigas de hierros".
En la decoración apuesta por elementos, como los azulejos, porque en su opinión proporcionan el máximo de higiene. Y escribe al respecto: "todas las habitaciones tendrán arrimaderos de azulejos para su mejor limpieza; los lavaderos también se revestirán de azulejos y las fregaderas serán de mármol del país".
El destacado facultativo también tiene muy en cuenta la ubicación del edificio y su orientación de la fachada de mayor longitud hacia el Mediodía, porque estará bañado por el sol y, por tanto, por la luz natural. Subraya, además, que "con esta disposición, el pabellón resultará resguardado de todos los vientos de Poniente y Norte que, según considera, "son los peores de la localidad". La memoria no habla de presupuesto ni del plazo de ejecución de obras de la unidad sanitaria. Sí que referencia unas aportaciones consignadas; cincuenta mil de las antiguas pesetas por parte de la Caja de Ahorros de Terrassa de entonces y de otra cantidad del mismo importe por parte del Ayuntamiento de Terrassa.
Tras revisar la información, Rius avanzó que casi podía asegurar, a través de las conversaciones que tuvo con la persona que se lo confió, que es un documento original por el tipo de papel y por el sellado y su firma registrada. Diari de Terrassa estuvo en el Arxiu Històric Comarcal para consultar que se guardaba del proyecto sobre este pabellón de tuberculosos en el Hospital de Sant Llàtzer y ha podido confirmar que esta memoria que ha llegado a manos de Rius es la única que existe puesto que en el expediente no se halló otra igual.
Un plano escueto
La carpeta, que se titula "Projecte Enfermeria per tuberculosos Victoria Eugenia", se abre con un primer plano del arquitecto de noviembre de 1927 muy escueto en el que sólo traza y sitúa el edificio en el recinto pero no hay planos de detalle. Sí hay documentos sobre el presupuesto de la obra, realizado por Muncunill, que se eleva a 199.721,30 de las antiguas pesetas, así como petición de presupuestos para la instalación de la cocina y de radiadores de calefacción (en concreto a fabricantes suizos), la publicación oficial del concurso de licitación de las obras y las propuestas de empresas que concurrieron.
También hay correspondencia, en la que destaca una carta de la Dirección General de Sanidad, con fecha del 3 de febrero de 1931, en la que esta pide al Ayuntamiento que le informe sobre la situación del proyecto y las obras del pabellón. También hay un telegrama del alcalde Josep Ullés Soler al empresario egarense Pere Amat Roumens, entonces en la junta de la Caja de Ahorros y en el Banc Comercial de Terrassa, autorizándole "para gestionar y firmar en nombre y representación de la junta de hospital cuantos documentos se precisen". Añadir, como curiosidad, que el telegrama a Pere Amat, con fecha 3 de diciembre de 1928, lleva la dirección de un hotel, el Reina Victoria, que podría ser en la época el que había en Melilla y que es de estilo modernista. Al final, y según consta en la carpeta, el pabellón para estos enfermos ascendió a 205. 496 de las antiguas pesetas, de las cuales 193.535 fueron para sufragar la obra que realizó el constructor Pau Gorina, colaborador de Muncunill en muchos edificios que diseñó. Por su parte, el arquitecto percibió 6.709 pesetas. Los equipos de cocina y radiadores se quedaron en casa. Fueron adjudicados a una empresa catalana, Villaró y Cia, de Barcelona, que contaba con una delegación en la calle Transversal de Terrassa, por valor de unas 23 mil pesetas.
El presupuesto fue financiado por la Dirección General de Sanidad del Gobierno de la época, que aportó 98.562 pesetas; la Caja de Ahorros de Terrassa (50 mil pesetas) y el Ayuntamiento (49. 393) que por entonces estaba presidido por el alcalde Josep Ullés, médico y sensible a los problemas de salud. El resto, 7.541 pesetas, se anotan como intereses generados por las cantidades depositadas en la Caja de Ahorros.
La primera piedra del pabellón se colocó en 1928 y las obras se prolongaron hasta 1933. Dado que Muncunill falleció en abril de 1931 no pudo ver finalizado el edificio sanitario. En lo averiguado, pues, podemos decir ahora que ya hay dos obras póstumas en Terrassa del insigne arquitecto. La primera que se conocía es "El Glop de Llet", de la calle de la Unió y de propiedad municipal. Este inmueble fue diseñado por Muncunill en 1930 y se construyó cuatro años después de su traspaso. Y ahora hay que añadir la obra que ha sido motivo de esta información, el Pabellón para tuberculosos Victoria Eugenia, proyectado en 1927 y terminado en 1933, dos años después de la pérdida del arquitecto.