Tal como sucedió el 22 de julio de 1872, una partida de guerrilleros carlistas apareció el sábado en la estación del Nord, al parecer para exigir el pago de un tributo al Ayuntamiento de Terrassa. Claro que, al contrario de lo sucedido hace 146 años, los asaltantes no lo eran realmente. Se trataba de la fiesta de recreación histórica que desde 2012 la Colla dels Federins-Trabucaires de Terrass organiza cada mes de julio en recuerdo de aquellos hechos.
"Com es pot fer amb tanta calor la guerra carlina?", titulo del evento, se desarrolló en esta séptima edición con la estructura y el buen humor habituales. Como carlistas, ejercieron miembros de Federins, con su indumentaria de chaleco azul y boina blanca, más algunos integrantes del Ball de Serrallonga, luciendo boina roja para la ocasión. Los federales eran otros "federins" con su otro uniforme, de chaleco rojo y sombrero. De su bando se pusieron este año, con su indumentaria habitual, como si fueran gente del pueblo y del somatén, los Carrasquets Trabucaires de Torrelles de Llobregat, colla invitada.
Ambos grupos fueron representando escaramuzas, trabucazos incluidos, a lo largo de un recorrido que abarcó la plaza de Mossèn Cinto Verdaguer, la Placeta de Saragosa y la calle de Sant Pere, con final en el Raval de Montserrat.
Allí tiene lugar cada año la proclamación del Trabucaire d’Honor, que en esta ocasión fueron dos, ninguno de los cuales podía estar presente: los exconsellers Lluís Puig y Josep Rull, el primero exiliado en Bélgica y el segundo preso. Lluís Puig estuvo representado por su hija, Alba Puig, y Meritxell Lluís hizo lo propio con su esposo, Josep Rull, de quién leyó una carta en la que agradecía la distinción, y recordaba la creación de la colla, y de la "muy brillante idea" de recrear unos hechos tan propios de Terrassa como los del asalto carlista de 1872. Fue el momento más emotivo de un acto que contó con más asistentes que en pasadas ediciones al sumársele los participantes en la cantada por la libertad de "los presos políticos" que se realiza cada tarde frente al Ayuntamiento.
Ofrenda a Jover y Alagorda
Seguidamente comenzó la tradicional cercavila, animada por los músicos de La Pàjara, a través del Passeig Comte d’Ègara y hasta el monolito del Passeig Joan Miró en memoria de Joaquim Jover y Valentí Alagorda. Allí tuvo lugar la tradicional ofrenda floral y las "gal·lejades" de honor a estos dos terrassenses fallecidos el 22 de julio de 1872 al enfrentarse a la partida carlista.
La fiesta finalizaría con una animada cena, que reunió más de cincuenta personas en el local de la asociación de vecinos de Vallparadís. Y hasta el próximo año.