Terrassa "es una ciudad metropolitana"y, como tal, debe tener plaza en los foros donde se toman las decisiones de futuro que le afectan. Así lo expuso ayer el alcalde Alfredo Vega en el Vapor Universitari, durante su primera conferencia institucional como primera autoridad municipal desde que asumiera el cargo, hace justo medio año.
Vega defiende que Terrassa debe "estar presente en la región metropolitana" y ser sujeto activo "en la toma de decisiones, la planificación y los debates de futuro" de la región metropolitana de Barcelona, todo ello sin renunciar a "la potente identidad de Terrassa", que ha llegado el momento de que impulse, dijo Vega, una "marca de ciudad" fundamentada en singularidades como la universidad, la cultura, el hockey, la salud, el patrimonio, el audiovisual y "su inmensa creatividad".
"Competir globalmente, cooperando localmente", es el paradigma que inspira uno de las cinco propuestas que definen el modelo de futuro para la ciudad que plantea el alcalde Vega. El porvenir digital y la Terrassa 5.0, los retos sociales, el crecimiento económico y la sostenibilidad, además de la vocación metropolitana configuran un "guión de futuro a diez años vista, pensando en la Terrassa del año 2030".
Desde el consenso
Vega anunció ayer su intención de abrir un proceso de reflexión "amplia y transversal, democrática y plural", que siente las bases de ese futuro. Lo hará a través de una hoja de ruta que pretende tener lista "antes de final de año, preservándola el máximo posible del calendario electoral", que en estos momentos encara la recta final para las municipales de 2019.
Ante una audiencia que abarrotaba la sala de actos del Vapor Universitari, Vega desgranó ayer su visión sobre el presente y el futuro de la ciudad. Hace apenas unas semanas, el alcalde sellaba un acuerdo con el primer partido de la oposición, Terrassa en Comú, para consensuar los principales retos que la ciudad deberá afrontar los próximos años. Ayer, Vega abrió el foco para liderar una reflexión de mayor alcance, un debate "de ciudad", dijo.
"No voy a dar titulares", advirtió en varios momentos del discurso, que discurrió por el terreno de los objetivos más que por el de los proyectos.
En la segunda propuesta, Vega cree que la ciudad debe profundicar en el reto digital, construir su "agenda 4.0" y a medio plazo, definir la "Terrassa 5.0". Es el momento de apostar por "la inteligencia artificial, el "big data", la robótica, el audiovisual, las industrias culturales, las ‘cadenas de datos’ o "blockchain" y la bioingeniería".
En este momento la ciudad virtual es ya tan real como la física, dijo el alcalde, que ve potencial en Terrassa para liderar una nueva revolución industrial, ahora digital, y situarse en la vanguardia "de una transformación que está en marcha a escala mundial".
La apuesta digital es clave para Terrassa, una ciudad donde la mayoría de las empresas son medianas, pequeñas o micro. Sólo 149 de las 5.827 factorías de la ciudad superan los 50 trabajadores y, en ese contexto, la ciudad debe prepararse para cambios económicos y tecnológicos que impactarán en el mundo de trabajo y convertir "los peligros" de la robotización de la economía "en oportunidades".
El proyecto de la Terrassa 5.0 pibotará sobre el triángulo que conforman la universidad, las empresas y la administración. Y lo hará, dijo Vega, con una "prioridad esencial: educación, educación y más educación". Porque "en Terrassa tenemos claro que la formación es la clave del progreso de las personas, de la sociedad yla economía".
En el ámbito social, Vega reflexionó sobre el envejecimiento de la población y el incremento, en los próximos años, de las dependencias y las enfermedades neurodegenerativas. Un problema que se sumarán al de la vivienda, la pobreza energética y las pensiones. En este sentido, Vega exigió al Gobierno central "respeto, justicia y dignidad" para los jubilados y anunció la petición, junto a otros municipios, de un plan extraordinario de inversiones para aumentar el parque público de viviendas destinadas a alquiler social.
El objetivo, dijo, es que el parque público de alquiler alcance el 15% en diez años. En este momento, la vivienda pública es sólo en 2% del total de la ciudad (1.700 pisos) y debería incrementarse en 13 mil nuevos hogares. Serán necesarios, comentó el alcalde, para atender las necesidades del "22% de la población de Terrassa que está en el umbral de la pobreza o por debajo".
Economía verde
En la última línea estratégica Vega fusiona prosperidad y sostenibilidad. El impacto de la crisis, que en Terrassa impactó en el sector financiero y desmanteló la construcción, principal motor económico del municipio, situó la ciudad "en una de las posiciones de recuperación más difíciles del país aunque, pese a ello, nos estamos saliendo". Vega recordó ayer que Terrassa fue pionera en la adopción de medidas frente a la recesión y una de las pocas del Estado en suscribir un pacto con los agentes socioeconómicos, además de un Plan de Desenvolupament Industrial.
Ahora, cuando "hemos entrado en una etapa de crecimiento económico y también de las desigualdades", la ciudad debe apostar por las energías renovables como nicho de ocupación, promover la implantación de empresas "que busquen trabajadores sin una elevada cualificación" y aprobar la asignatura pendiente de la oferta de suelo industrial. Vega recordó que la ciudad dispone de 130 mil metros cuadrados y previsiones urbanísticas para llegar a los 600 mil.
Ciudad optimista
Es precisamente ahora, cuando la ciudad deja atrás lo peor de la crisis y encara el futuro, el mejor momento para pensar con visión estratégica. El alcalde tiró ayer de estadística para dar la foto fija del muhicipio: Terrassa es la tercera ciudad de Catalunya con 218 mil habitantes y un 11,73% de población extranjera. Tiene una renta por habitante de 16 mil euros anuales, algo inferior a la media catalana, y una pensión media de 890 euros. La tasa de paro es del 13,20%, un 6,8% menos que hace un año, y la temporalidad de los nuevos contratos está en el 82,11%.
Y un dato más que revela la incapacidad de la ciudad para renovar sus sistema productivo: la construcción es el sector que más crece, el terciario (comercio, salud, restauración) es el predominante y, en la industria, el metal lidera .
En la salida de la crisis, siete de cada diez ciudadanos creen que Terrassa y Catalunya mejorarán y la mitad están convencidos de que la ciudad ya lo ha hecho. "Somos una ciudad optimista y razonablemente satisfecha", afirma Vega, para quien Terrassa tiene "carencias, problemas y debe mejorar en muchos aspectos, pero se quiere a si misma y tiene futuro. Esta es la energía positiva que necesitamos para debatir nuestro futuro, respetando lo que somos".