El núcleo urbano de Viladecavalls fue escenario en la madrugada de ayer de una decena de actos vandálicos con reivindicaciones feministas en los que aparece el distintivo de las JERC. Estos actos vandálicos se suman a los que se produjeron el fin de semana en la fachada del instituto y sus inmediaciones, esta vez de carácter racista y con simbología nazi.
En relación a la ola vandálica de la madrugada de ayer, la acción más contundente se produjo en las letras con el nombre del municipio situadas en la entrada del núcleo urbano desde la carretera B-120, forjadas en hierro y que fueron pintadas de lila. Con toda seguridad, los vándalos debieron emplear bastante tiempo para pintar esas letras gigantes, "una pintura que costará mucho quitar", se lamentó ayer la alcaldesa, Cesca Berenguer, quien condenó la actuación.
Los actos vandálicos se extendieron también al mobiliario urbano de la plaza de la Vila, entre otros puntos del centro, hasta sumar una decena, con graffitis con lemas del tipo "Dones lliures en una terra lliure" y la colocación de carteles las JERC, la rama juvenil de Esquerra, en los que aparece la misma simbología que en las pintadas.
Sin acusar directamente a nadie de estas gamberradas, el Ayuntamiento de Viladecavalls escribió ayer en su web: "Cuando las reivindicaciones de un colectivo estropean los espacios comunes y generan costes económicos a todo el vecindario, estas reivindicaciones se convierten en vandalismo".
Respeto
A estos actos vandálicos se suman los que se produjeron este fin de semana en el muro del instituto y en las señales verticales de tráfico de sus inmediaciones, con pintadas racistas -"Gitanos no"- y de simbología nazi -una esbástica-.
El Ayuntamiento hizo ayer un llamamiento al respecto de los espacios públicos y la convivencia y recordó, en clara alusión a los vándalos, la posibilidad de comunicarle cualquier propuesta reivindicativa a través de una instancia.