"Estás loco". Con estas palabras definía Marina García, capitana del Clínica Dental Can Parellada, el sueño que pasaba por la cabeza de Sito Roqué al volver de vacaciones. El entrenador del Can Parellada iniciaba la cuarta campaña al frente del equipo con un objetivo claro, renovado y muy ambicioso, el ascenso. "Yo lo tenía claro. Habíamos mejorado y creía que podíamos hacerlo", explica Roqué.
La historia empezó hace exactamente cuatro años. Un equipo roto, a punto de desaparecer, fue capaz de creer, contagiarse de felicidad, sonrisas y pasión para acabar gestando un ascenso histórico. En estos cuatro años, la evolución ha sido asombrosa. La fusión de dos palabras como compromiso y felicidad ha sido clave para entender algo que ni las más "viejas" en el lugar creían una vez ya logrado. "El último día, cuando ya lo habíamos conseguido, me abracé a todas las compañeras e incluso les preguntaba: ¿ahora si, no? ¡Lo hemos conseguido", explica Marina García.
Todo empezó hace 4 años
Toda historia tiene un inicio. En el caso del Can Parellada, la sección femenina se puso en marcha hace siete años, pero hace cuatro que todo dio un giro radical. Por aquel entonces, Toni Ros, actual presidente del club, se puso en contacto con Sito Roque y le ofreció entrenar a un primer equipo roto, sin motivación alguna y un punto más cerca de lo social que de lo competitivo. El actual técnico del Can Parellada se puso encima de la mesa el reto de crear un conjunto distinto. Competitivo pero social y con la meta de, en estos cuatro años, subir a Segunda Catalana. Y lo ha conseguido. "Les prometí que nos lo íbamos a pasar muy bien porque no entiendo el básquet de otra manera. He conseguido que las jugadoras se rían entrenando pero a la vez trabajen como las que más", cuenta el técnico del Can Parellada.
Pilar fundamental de todo esto son dos jugadoras que, en aquel equipo casi desmantelado, ya eran piezas básicas. Marta Ribera y Marina García han visto y completado una revolución total. "Éramos muy pocas. Nos podríamos haber repartido por diferentes clubes, pero la verdad es que habíamos hecho muy buenas migas y queríamos seguir jugando juntas", explica una Marina García que por encima de todo destaca que han puesto en escena a un club de barrio. "Hemos conseguido cambiar algo muy importante, y es que ahora, la gente, quiere venir a jugar aquí", explica.
Ribera por su parte, es el pilar ofensivo de un Can Parellada que lo ha fiado todo a una manera diferente de entender el deporte. Sonrisas, compromiso y muy buen rollo son las claves para entender este hito. "Fue una mezcla entre entretenimiento y obligación. Por temas laborales no podía ir todos los días a entrenar, y en ese sentido, Sito y todo el equipo, me ayudaron a sentirme una más. Esto ha sido clave". De cara al futuro, Ribera es aún más ambiciosa. "El año que viene queremos seguir compitiendo. Queremos que el esfuerzo que hemos hecho este año, sirva para algo".
Al Can Parellada aún le queda el reto de proclamarse campeón de Catalunya, pero lo más importante ya esta hecho. Disfrutar, sonreír y encima ganar.
Plantilla. Bego Sampietro, Alba García, Judith Lázaro, Marta Carreño, Marta Ribera, Sara Zabalgo, Cristina Ortiga, Xenia Martínez, Txell Trullàs, Anabel Chamorro, Marina García, Tamara Herrero y Sandra Bellaescusa.
Cuerpo técnico. Sito Roqué, David Gómez y David García.