Una familia había dejado estacionada su furgoneta en la calle de Sardenya (La Maurina), muy cerca de su vivienda, el lunes por la noche. A las pocas horas, un incendio devoró el vehículo y quemó parte de otros dos. Y persianas de viviendas. El humo entró en domicilios.
A Mari, responsable de una empresa ubicada allí mismo, en la confluencia de la calle de Sardenya con la Ronda de Ponent, la despertó un vecino a las seis de la mañana.
Ella vive en un edificio próximo. Llegó a oír las sirenas de las dotaciones de emergencias, pero no se sobresaltó más de la cuenta. Quién iba a saber que las unidades de bomberos acudían a la puerta de su negocio, dedicado a la rotulación. Además, es frecuente percibir el sonido de sirenas en una vía tan transitada como la Ronda de Ponent.
Cuando Mari llegó a la esquina, la furgoneta de los vecinos aún era pasto de las llamas, que surgían con ferocidad y tocaban la fachada del bloque de pisos. El fuego también dañó otros dos automóviles estacionados al lado. En estos dos vehículos los desperfectos fueron parciales. La furgoneta, sin embargo, quedó destrozada.
Según contaron testigos, algunos moradores de las viviendas más próximas al incendio salieron del bloque. Otros permanecieron en sus hogares. Ya estaban allí los bomberos, con una dotación que trabajó en la extinción del incendio durante casi una hora.
Los daños
La acera estaba alfombrada de ceniza y de cristales. Unas horas después, una transeúnte resbaló y cayó al suelo al pisar unos vidrios, pero no sufrió lesiones.
A última hora de la tarde del martes, el escenario del suceso apenas había variado. Seguía allí la furgoneta, un esqueleto metálico ennegrecido. Y seguían allí las láminas derretidas de dos persianas de un piso, un primero. Los vidrios de las ventanas estaban cuarteados, como los de otras tres pertenecientes al local de la empresa de rotulación. En el despacho del establecimiento había entrado humo, como en varias viviendas del bloque.
El origen del incendio no ha trascendido, pero a alguien le pareció escuchar aquella mañana, poco antes de las seis, un ruido semejante al intento de arrancar el vehículo que acabó destruido por el fuego.
