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El Blockchain es “volver al trueque” en un entorno digital

La tecnología Blockchain, cuyo primer gran exponente es el bitcoin, permite volver a la economía del "trueque" pero en un entorno "digital, global y sin intermediarios", según Carlos Barbero Steinblock, confundador de BTC Guardian e impulsor de la empresa Blockchain Catalunya. Barbero protagonizó el pasado jueves una conferencia en la patronal terrassense Cecot. El blockchain, o cadena de bloques, vendría a ser una inmensa base de datos gestionada en una "red distribuida" (sin un servidor central). Es decir, constituida por nodos (participantes con un ordenador más o menos potente) con el mismo nivel de información y muy "resistente a fallos o ataques cibernéticos", aseguró Barbero ante un público formado por empresarios, emprendedores y otras personas interesadas en esta tecnología.

Ésta "nació hace nueve años en internet, como algo puramente informático, y por tanto, hackeable, algo que ha resultado imposible. Y no porque no se haya intentado: ahí se cambian tokens (símbolo, señal o ficha, en ingles) por dinero efectivo, y por tanto es una cadena de valor". Blockchain es un libro de registro (ledger en inglés) inmutable que contiene la historia completa de todas las transacciones que se han ejecutado en la red. Al mensaje que transmiten se le llama token, que no es más que una representación de la información que aloja la red.

Cualquier activo
Esta información puede representar cualquier tipo de activo, bien o servicio, como por ejemplo dinero en forma de bitcoins, un alquiler de un chalet o una compra de energía. Lo que se quiera (siempre que lo permita la ley). La información viaja encriptada, gracias a lo cual puede estar distribuida sin que se revele su contenido. "No es bien bien una base de datos. Se trata de un libro mayor de contabilidad. Al igual que en la contabilidad real no se puede arrancar una hoja, en el Blockchain tampoco…..los apuntes quedan de forma permanente e inalterable". Por tanto, a esa información que todos participantes ven, se le otorga toda la veracidad

pues es, precisamente, la que todos comparten y dan como buena. Ahí, una de las claves, en ocasiones, menos entendibles del sistema. Las transferencias de tokens se agrupan en bloques que se van generando cada cierto tiempo. Las nuevas transferencias que no han cabido en un bloque se han de agrupar en el siguiente, el cual va indisolublemente enlazado al anterior. Y así sucesivamente. De ahí el nombre cadena de bloques. Con este sistema se preserva, además, el anonimato de los participantes. El dinero de cada uno de ellos está "detrás de una clave que está asociada a un activo". Y por lo tanto, no "comprometemos ninguna información personal con ningún proveedor". Algo muy distinto a lo que pasa en el mundo económico "real", donde el consumidor va dejando su rastro de identidad y de operaciones en múltiples sistemas, como las tarjetas de crédito y la tecnología bancaria. Por el contrario, las operaciones no se culminan con las garantías que se ofrecen en el mundo real, sino que se basan en las propias garantías que plantean los usuarios de Blockchain, que no siempre tienen por qué ser de todo fiables. Es ahí donde juega un papel clave la "confianza" que se pueda haber generado entre comprador y vendedor. Para Carlos Barbero, la novedosa tecnología Blockchain puede revolucionar muchos sectores de la economía "analógica" y supone, además, otorgar a los ciudadanos una tecnología que se pueden autogestionar. "En la economía real nos tienen "pillados" por todos lados. Con Blockchain, es lo contrario. Nosotros somos los que decidimos el Estado al que pagar impuestos".

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