Enric Guàrdia, una de las grandes referencias del waterpolo terrassense, falleció ayer a los 65 años de edad. Guàrdia, nacido en Terrassa el 11 de mayo de 1952, había desarrollado una intensa trayectoria deportiva en distintas facetas, destacando su etapa como jugador en activo en el CN Terrassa en la que llegó a ser internacional absoluto en 64 oportunidades y olímpico en los Juegos de Munich de 1972. También fue directivo de la entidad terrassense, como delegado de la sección de waterpolo en la etapa de Jesús Cortés como presidente. En el ámbito empresarial fue consejero delegado de la empresa local Mecesa. La ceremonia fúnebre se celebrará hoy a las 4 de la tarde en el templo del Cementiri de Terrassa.
Enric Guàrdia era el socio número 53 del CN Terrassa, con una antigüedad de 52 años. Y era Socio de Honor debido a su condición de olímpico. Las instalaciones del club egarense guardan gran parte de su trayectoria deportiva, dado que sus inicios estuvieron ligados a la natación hasta que se decantó por la práctica del waterpolo donde destacó desde sus inicios. Con 16 años disputó con la selección española juvenil el Torneo Seis Naciones de la categoría, para debutar poco después en el combinado júnior. A los 19 años hizo su debut como internacional absoluto de la mano del técnico húngaro Bandy Zoliomy. Sus condiciones físicas condujeron al seleccionador a variar su posición y convertirlo en defensor de boya.
Unos meses después, una recomendación del técnico terrassense Toni Codina resultó clave en su carrera dado que le aconsejó realizar el servicio militar como voluntario en Barcelona. De ese modo, Guàrdia entrenaba mañana y tarde con los jugadores preseleccionados para los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, un hecho que se convierte en clave para formar parte de la lista definitiva a los 20 años de edad. Con España compitió en la cita olímpica en que la selección finalizó en la décima posición.
Dos Mundiales
Su carrera como internacional le permitió competir en dos Mundiales, en Belgrado 1973 y en Cali 1975. En ambos España acabó en la décima posición. Sin embargo, dejó el equipo nacional en 1976 después de no obtener la clasificación para los Juegos de Montreal. Se dedicó de forma exclusiva al CN Terrassa, con quien en 1974 logró la mejor clasificación de la historia hasta entonces en la Liga, obteniendo la tercera posición por detrás de Barceloneta y CN Barcelona. Con 30 años fichó por el Molins de Rei y obtuvo el ascenso a Primera Nacional. Enric Guàrdia se retiró como jugador en activo a los 33 años.
Pese a ello, su vinculación con el CN Terrassa siempre fue muy estrecha y ocupó responsabilidades directivas en la etapa de Jesús Cortés como presidente. Guàrdia estuvo al frente de la sección de waterpolo y fue vocal de la directiva.
