Los conductores volvieron a circular ayer por la Ronda de Ponent después de tres años de restricciones. El lunes por la mañana la vía de circunvalación se reabrió totalmente el tráfico rodado en los dos sentidos de la marcha.
Los usuarios esperaban el final de las obras, algo que se notó desde primera hora de la mañana. En cuanto se retiraron las señales que impedían la circulación por la Ronda de Ponent en sentido norte, los conductores ocuparon la vía y a lo largo de la jornada, la ronda recuperó un volumen de tráfico similar al que registraba antes de las restricciones. Los pocos conductores que ayer aún desconocían la reapertura de la infraestructura volverán a utilizarla hoy o los próximos días, cuando se espera que la ronda alcance los 15 mil vehículos diarios que se contabilizaban en 2014.
En diciembre de ese año se iniciaron los primeros trabajos en la ronda, después de detectar riesgo en el estado de los taludes de la riera del Palau. Las paredes del cauce habían cedido terreno y amenazaban con descalzar la ronda.
En primer lugar se restringió un carril de circulación en el tramo de Can Boada y en sentido sur. Dos años después, en mayo de 2017, se abordaron las obras que han permitido recuperar la estabilidad y la seguridad de los márgenes de la Ronda de Ponent con la Riera del Palau.
1,6 millones de euros se han invertido en la implantación de un nuevo sistema de contención para proteger los taludes con una geomalla a base de plantas arbustivas trepadoras, que dan mayor estabilidad al terreno. La técnica utilizada ha permitido ganar espacio en algunos tramos de la superficie, donde se han ampliado las aceras.
Desde ayer, la reapertura total al tráfico ha afectado también a la L4 del autobús que cubre la ruta Can Parellada-Can Boada, que ha recuperado ya su recorrido habitual.
Finalizadas las obras, el eje de la Riera del Palau salta de la agenda de los grandes proyectos de ciudad. La iniciativa de cubrir el trasvase y convertirlo en una gran avenida quedó aparcada por una sentencia contraria y por la crisis, que paralizó el crecimiento de la ciudad hacia el oeste. El nuevo Plan de Ordenación deberá concretar el próximo mandato si se cubre, como mínimo, el tramo de Can Boada.
